"No puc voler una llei universal de mentir" (Kant)






La filósofa Sissela Bok (estadounidense nacida en Suecia en 1934) reflexiona sobre la mentira en su libro Lying: Moral Choice in Public and Private Life (Mentir: elecciones morales en la vida pública y privada). Bok escribe que si viviéramos en un mundo en el que todo el mundo dijera más mentiras que verdades, no podríamos confiar en nadie y nos costaría creer lo que los demás nos contaran, como ya hacemos con las personas que sabemos que son mentirosas por sistema.


Bok sigue en esto a Kant. La ética de Kant nos pide que respetemos las obligaciones y los derechos con independencia de los efectos de nuestras acciones. La moral ha de tener la forma de un imperativo categórico universal, es decir, una ley que no esté condicionada por ningún propósito y que se obedezca en cualquier momento: “Obra solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal”. Es decir, no hay excepciones a los deberes morales. Como escribe en su Fundamentación de la metafísica de las costumbres, “si bien puedo querer la mentira, no puedo querer, empero, una ley universal de mentir”, ya que nadie creería a nadie.


Cuando mentimos en un currículum o con nuestra altura acabamos provocando una situación similar: la mentira perjudica a todos, a quienes mienten y a quienes dicen la verdad, porque al final nadie sabe a qué atenerse y los procesos de selección (laboral o sentimental) se convierten en una especie de investigación detectivesca para saber quién exagera o quién se toma ciertas libertades. 


Lo peor de todo esto es que resulta casi imposible dar marcha atrás: el primero que dice la verdad en un contexto así se ve perjudicado. Por ejemplo, dos amigos míos aseguran que también miden 1,74 m y sé (lo sé, es obvio) que son más bajitos que yo (ya sé que todos pensamos que la gente que mide más o menos como nosotros es más bajita que nosotros, pero es que lo son). Si me midiera (no lo voy a hacer) y resultara medir 1,72 m, me negaría a admitirlo en su presencia hasta que ellos también aceptaran medirse de nuevo. El caso es que estamos atascados, en un impasse en el nadie se resigna a medir menos de lo que dice medir. 


El peligro de que se rompa la credibilidad de un sistema no es exclusivo de currículums y apps de ligue, lo vemos en política todos los días, y en especial en las campañas electorales, donde damos por hecho que todo el mundo miente casi cada día. Como dice Kant, mentir es “una injusticia causada a la humanidad en general”, ya que cada vez que mentimos minamos la confianza mutua y dejamos de creernos los unos a los otros.


Jaime Rubio Hancock, Mentiras de altura, Filosofía inútil 20/03/2024

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