Màquines que ens ajuden a votar.



La indecisión de muchos ciudadanos a la hora de votar ha sido una constante en la política catalana y española durante los últimos años. Tenemos más dudas que nunca y, a la vez, estamos más politizados. Una de las consecuencias de esta situación es que demandamos más y mejor información para poder decidir nuestro voto. 
Pero también estamos más predispuestos a encerrarnos en nuestros prejuicios a causa de las burbujas informativas —aumentadas en los ecosistemas digitales— que refuerzan nuestros apriorismos y estigmas. Nunca tanta información había provocado tantas dudas y nos había hecho tan vulnerables a la no-información.
En este contexto, cobran importancia herramientas como los orientadores de voto. Se trata de webapps que, a través de breves cuestionarios divididos por temáticas relevantes en una campaña electoral, ofrecen una ubicación bastante precisa del elector/a dentro del mapa político en cuestión. 
En otras palabras, estas herramientas facilitan atajos informativos para aquella parte de la ciudadanía que prefiere ahorrarse los costes que supone recopilar todas las propuestas programáticas de las diferentes candidaturas, compararlas y chequear cuáles son las que convergen con sus preferencias.
Casi nadie lee los programas electorales. El voto formado e informado se debilita. Necesitamos soluciones tecnológicas que puedan ayudarnos a reflexionar más sobre la orientación de nuestro voto, como parte de un proceso de deliberación ponderada.
Los recomendadores de voto, más allá de su función facilitadora, pueden llegar a indicar tendencias y aportar información adicional de los votantes. Las aplicaciones de orientación de voto o de autochecking nos aportan relaciones entre las distintas convicciones de los votantes para conocer mejor los perfiles ideológicos y la complejidad de sus preferencias.
Además, con sus cuestionarios, los recomendadores pueden llegar a emular herramientas demoscópicas clásicas, aunque no con la misma precisión, aportando matices que, en muchos casos, la metodología tradicional no recoge, dada la magnitud de la muestra. Medir comportamientos empieza a ser tan importante como medir opiniones. 
En las pasadas elecciones del 21 de diciembre al Parlament de Catalunya, vimos como un recomendador de voto fue respondido por casi 130.000 usuarios y usuarias. El Teu Vot (ETV), que constaba de 25 preguntas sobre distintos aspectos de la situación política catalana, ubicaba a nivel porcentual a los votantes, según sus coincidencias programáticas, con las principales candidaturas que se presentaron.
Antoni Gutiérrez-Rubí, ¿Puede la tecnología ayudarnos a resolver las dudad electorales?, La Vanguardia 25/02/2018

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