Debilitats del relativisme.


No defiendo el relativismo, sólo recuerdo que el que dos ideas resulten indefendibles no las emparienta. La debilidad de relativismo, al menos del más cursado, está fuera de duda. Dos críticas resultan bastante convincentes. La primera, teórica, lo descalifica por contradictorio: la tesis "no hay verdades absolutas" es, ella misma, absoluta; esto es, invoca lo que condena. La segunda, pragmática: si no hay ideas mejores que otras, carece de sentido la discusión y acaso la democracia. Aunque no faltan las réplicas, tales críticas no son menudencias.
Una aclaración: creer que no todo vale igual no equivale a pensar que sólo una cosa vale la pena, a enfilar por las sendas del absolutismo y las verdades sin aristas. Podemos, por ejemplo, dar cuenta de la muerte de doscientos mendigos en una noche helada, apelando al frío, a su pobreza, a su fisiología, a sus pobres ropas y hasta al cambio climático. Todas esas son explicaciones verdaderas y la elección de una u otra depende de las circunstancias, de lo fino que queramos cribar o de lo que ignore nuestro interlocutor. Ahora bien, que todas esas explicaciones resulten igualmente aceptables no quiere decir que también lo sea sostener que murieron atropellados por un camión. Sobre lo que podemos estar seguros es sobre las explicaciones falsas, sobre lo que no sirve. Una regla modesta que, bien aplicada, es de mucha ayuda para orientarse en el fangal de la información diaria.

Félix Ovejero Lucas, De los principios a la vida, El País, 09/04/2007

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