La teoria del llenguatge de Chomsky.
Para el hablante medio la lengua está en la sociedad, no en la cabeza. Hasta tal punto es así, que a muy pocos llamarían la atención las preguntas que constituyen el punto de arranque de la teoría del lenguaje desarrollada por Chomsky: ¿cómo es posible que una niña pequeña distinga el lenguaje articulado entre los millares de sonidos de otro tipo que percibe a su alrededor?; ¿cómo es posible que aprenda en tan poco tiempo a decir cosas que nunca ha dicho y a entender cosas que nunca ha oído?
Hoy sabemos bien que algunas de las respuestas que se han dado tradicionalmente a esas preguntas están equivocadas. Lo está, sin duda, la idea de que el niño aprende a hablar por imitación, o por simple asociación de unas expresiones con otras, o por asimilación del sistema lingüístico a otros sistemas cognoscitivos (aprender a contar, a deducir, a generalizar, etcétera). Si el niño aprendiera a hablar imitando a los demás, las máquinas de las que hoy disponemos deducirían las pautas correctas ante unos pocos miles de datos a partir de ciertos mecanismos inductivos. Pero nadie ha implementado nunca tales mecanismos, por la sencilla razón de que no existen.
Según Chomsky, los niños aprenden a hablar cualquier lengua porque esta crece en ellos de forma natural. La facultad del lenguaje es una especie de horma o de plantilla en la que puede encajar cualquier idioma. Las construcciones sintácticas que aprendimos en la escuela no son unidades primitivas, sino más bien resultados de combinar, de forma sistemática y restrictiva, elementos mucho más elementales y más abstractos.
Ignacio Bosque, Chomsky como humanista, El País 02/05/2019
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