Ignacio Castro Rey: Sobre el estado actual de los estudios filosóficos.


... de Platón a Nietzsche, la filosofía siempre ha nacido del dolor, del miedo que da el mundo. La ontología seguirá mientras haya asombro(Aristóteles); en suma, sombras y traumas, estas raras especies que hoy querríamos ver en trance de extinción. La huida masiva de lo trágico, que hace a las vidas tan tristes bajo el maquillaje social, es lo que alimenta el éxito barato de la comedia que querría hacer seguro a nuestro mundo. Es la "emoción artificial" lo que amenaza a esta civilización, la imposibilidad de sentir de manera primaria y por cuenta propia, dejando que lo percibido llegue al pensamiento, no una elitista inteligencia artificial que solo fascina a los Web junkie, a los niños y a los ingenieros.

El refugio de la filosofía en diversas alianzas con otras disciplinas (la hegemonía política, la ciencia, los estudios culturales) no deja de expresar también un cierto complejo de inferioridad, un sentimiento de culpa por todas las preguntas metafísicas, atormentadas y ahistóricas de ayer. La ontología no contextual, que está en la base del inicio filosófico, tiene desde hace tiempo (ya en Ortega, por lo demás tan sagaz) mala prensa. Es así que la normalización de las poblaciones arrincona la filosofía a una condición museística, tristemente departamental y universitaria.

Esto se manifiesta también, en paralelo a nuestra ideología política, en la moda académica de la dispersión erudita, de un saber especializado que impera en menoscabo de cualquier genio intuitivo del pensamiento. Triunfan por doquier las tecnologías sociales y virtuales de la dispersión, en detrimento de las tecnologías existenciales de concentración. Es normal entonces que se prefiera la información al pensamiento, Žižek a Simone Weil, Laclau a Pascal Quignard. Y por supuesto, una caricatura de Kant, que ignora la arriesgada investigación nouménica a favor del exitoso pensador civil, antes que Leibniz, Deleuze o Nietzsche, que quedan para el siglo XXII.

En resumidas cuentas, hay razones para pensar, aunque mejoren los planes de estudio oficiales, que pocas veces como hoy la filosofía ha estado tan en entredicho. Y esto desde nuestros propios corazones, endeudados con una doctrina de la circulación que nos prohíbe detenernos y que pueda resonar cierta desconocida raíz común, cualquier pregunta terrenal que amenace nuestra estratégica empresa del Yo.

Madrid, 19 de octubre de 2018

Queridos amigos,

Os quiero enviar el enlace a un modesto programa de televisión donde se dijeron algunas cosas, no todas sublimes, y una breve reflexión sobre el estado actual de la filosofía.

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