A, T, G i C


El ADN codifica la información utilizando cuatro moléculas: adenina, timina, guanina y citosina, que abreviamos como A, T, G y C. El código genético es un idioma con un alfabeto de cuatro letras donde todas las palabras tienen tres. Cada combinación concreta de tres de estas cuatro letras codifica un aminoácido, que son los constituyentes de las proteínas y que hacen el trabajo en un organismo y se encargan de controlarlo todo. El ADN es una molécula estable, por eso transmite la información de generación en generación, pero no obstante está sometida a errores. La radiación ultravioleta, la radiactividad o diferentes productos químicos pueden inducir cambios que se transmitirán a la siguiente generación. Si esa modificación hace que una proteína esencial deje de funcionar, la descendencia morirá. Sin embargo, esa alteración puede implicar una mejora de tal manera que el portador de esa mutación se adapta mejor al medio que sus progenitores. Este es uno de los mecanismos que explica cómo a partir de una célula primordial se ha generado toda la biodiversidad que conocemos en la actualidad. La tecnología nos permite secuenciar el ADN de cualquier organismo con facilidad. Gracias a eso, y sabiendo la forma en la que se producen y se transmiten las mutaciones, podemos diseñar algoritmos matemáticos para, a partir del ADN, trazar la historia evolutiva de todos los organismos y ver quién desciende de quién.

J. M. Mulet, Una prueba de ADN para estudiar libros medievales, El País semanal 12/11/2017

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