La felicitat com a efecte secundari.
Mientras avanzamos pienso que la felicidad es siempre un efecto secundario. Los budistas lo sabían bien. Santideva, un monje del siglo octavo, escribió una frase que, desde que la leí, ha estado rondando mi cabeza: "Todos los atormentados de este mundo lo son por el deseo de ser felices. Todos los dichosos lo son por el deseo de que otros lo sean". La búsqueda de la felicidad, tan desesperada y comercial, no hace más que traer desgracias al mundo. La felicidad, como saben los taoístas, es algo que ocurre espontáneamente, mientras uno hace otra cosa. Es un efecto indirecto de otras actividades. Buscarla directamente resulta un error estratégico. Si esa otra cosa que uno hace es ayudar, entonces allí aparece, como por arte de magia.
Juan Arnau, Felicidad (y privilegio) de ayudar, El País 03/11/2024
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