Protecció de dades i tribalització.





Todo lo que estaba abierto se va a cerrar. Se acabó la Red como plaza de debate público. La conversación que antes se daba en diferido se habrá movido a los chats privados, los foros especializados, exclusivos y por invitación. Lo haremos para proteger nuestros datos, nuestras identidades y nuestra privacidad. Paradójicamente, esos grupos estarán custodiados y serán explotados por las mismas plataformas que inventaron el capitalismo de datos, al igual que nuestros teléfonos, coches, televisores y tostadoras. Aquellos que se refugien en los pequeños grupos para protegerse serán más vulnerables que nunca. La tribalización nos reconforta, pero no nos beneficia como sociedad. Nos radicaliza en nuestras diferencias y nos hace receptivos a las campañas de manipulación. El endurecimiento de las leyes de protección de datos irá paralelo al desarrollo masivo de los sistemas de reconocimiento facial. Los mismos Gobiernos que firman esas leyes contratarán a las empresas que se las saltan para vigilar a su propia población. También será el año de la balcanización de la Red. Los países que la encabezan —China, Rusia e Irán— son los que financian ciberataques contra infraestructuras críticas: transporte, bancos, sistemas energéticos. Levantaremos muros contra esa amenaza. El aislamiento tampoco nos beneficiará.

Marta Peirano, Obsesionados con la privacidad, El País Semanal 27/12/2019

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