Els dos nous blocs polítics.




A menudo se nos olvida, pero desde hace 50 años la fuerza revolucionaria, la que ha transformado las sociedades occidentales, ha sido la derecha. Los grandes cambios en el terreno económico y en el campo de las relaciones internacionales fueron concebidos e impulsados desde ese espectro ideológico y, en los últimos años, el movimiento se ha acelerado. Thatcher y Reagan no solo pusieron en marcha el neoliberalismo, sino que acabaron con el sistema precedente, el del fordismo y el Estado de bienestar, que había reinado con éxito durante 30 años. El siguiente gran salto fue el de Bush Jr., que introdujo nuevos elementos en el orden global, reforzó la hegemonía estadounidense y trajo consigo la intensificación del neoliberalismo. Ahora estamos inmersos en la era Trump, con la desglobalización, el regreso estadounidense a las fronteras, el nacionalismo y los imperios.

La historia de Occidente desde 1970 ha consistido en una derecha mucho más atrevida que ha cambiado el 'statu quo', mientras que la izquierda, cuando ha gobernado, simplemente ha tratado de suavizar las tensiones y de asentar así los cambios que los otros impulsaban. El ejemplo estadounidense es obvio, pero se trata de una dinámica que ha impregnado la política occidental por completo. La era Trump nos ha traído el regreso de los imperios, el crecimiento de las nuevas derechas en Europa, la salida del Reino Unido de la UE, las crecientes tensiones en Oriente Medio y el intento de recuperar América Latina de la influencia china.

En lo político-electoral, la consecuencia más notable de este impulso es el establecimiento de un nuevo eje, que ya no separa izquierda y derecha ni centro de periferia. Un bloque pretende conservar el statu quo de la era global y sus valores: liberalismo político, neoliberalismo económico, cosmopolitismo, libre circulación de capitales, apertura cultural y cierta cooperación entre las grandes potencias en el ámbito internacional. En ese espectro caben desde Macron hasta Trudeau pasando por Sánchez y, desde luego, Merkel. Es ese tipo de ideología bien representada por Davos, que ahora apunta hacia el capitalismo verde como esperanza para sostener un modelo que está fracturándose.

El otro bloque no solo desafía el statu quo, sino que lo está transformando. Su líder es Trump, pero también pertenecen al equipo Johnson, Bolsonaro o las nuevas derechas europeas. Son más neoliberales en lo económico que sus antecesores, tienden a debilitar las instituciones para concentrar poder, son culturalmente muy conservadores, cuentan con lazos religiosos (católicos, protestantes o evangélicos), quieren cambiar las relaciones internacionales y tienden al proteccionismo. En lo social, proclaman favorecer a sus nacionales, ya sea mediante un relativo cierre de sus mercados y, cuando no es posible, mediante el respaldo económico a sus ciudadanos, ya sea elevando el salario mínimo como Johnson, regando con ayudas estatales a las clases populares (con la excusa de la natalidad) como en Polonia, o enfrentándose al FMI y subvencionando a las familias como en la Hungría de Orbán.


Esteban Hernández, Lo que Vox sabe y no se atreve a hacer: los dos nuevos bloques políticos, El Confidencial 13/01/2020

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