Demòcrit, Epicur i Marx






Lo que Marx viene a afirmar en su tesis es que existen atributos diferenciadores entre la filosofía atomista de Epicuro y la de Demócrito, y los señala. Aunque Demócrito explicó la existencia de los átomos dando lugar a una teoría ingeniosa desde lo más pequeño, desde lo que no tiene división, fue Epicuro el que explicó las tres formas de movimiento de los mismos en el vacío.

Mientras para Demócrito los átomos se hallan en el espacio sujetos a dos movimientos para Epicuro existe un tercer movimiento, un movimiento intermedio que ocurre cuando el átomo se desvía de la línea. En este movimiento que intuyó Epicuro reside la clave de la divergencia entre ambas formas de entender el átomo. En los otros dos movimientos -el de caída, en línea recta y el que viene dado por la repulsión entre varios átomos - tanto Epicuro como Demócrito afirman lo mismo.
El movimiento a partir de la desviación del átomo o “Clinamen” tenía para Epicuro un sentido utópico pues “ella no está ni en un lugar cierto ni en un tiempo determinado”, la desviación se produce en el mínimo espacio posible.
Con todo, el movimiento del átomo va a tener otro atributo diferenciador en ambas concepciones. Mientras para para Demócrito los átomos se mueven por causa mecánica, para Epicuro, el movimiento de los átomos provoca desviaciones casuales y, por lo tanto, orgánicas, donde el azar es un derecho intrínseco de la naturaleza.

En su tesis, Karl Marx reivindica a Lucrecio señalando que fue el único que entendió la física de Epicuro en un sentido profundo. Para Lucrecio, la desviación quiebra los pactos del destino y esta imagen, Marx la identifica con lucha y resistencia. Ya puesto, Marx se dedica a dar mandobles metafóricos a la religión y no reconoce la autoridad de San Agustín puesta por delante por el filósofo francés Pierre Bayle cuando este critica a Epicuro por haber olvidado el principio espiritual que Demócrito atribuyó a los átomos. Según Marx, es en esa desviación que señala Epicuro donde está representado el verdadero alma del átomo por ser este su principio activo.
Montero Glez, Karl Marx y el espíritu de los átomos, El País 16/01/2020

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