Les meditacions cartesianes.





Las reflexiones metafísicas de Descartes tienen un propósito concreto: indagar la verdad. Y para llevarlas a cabo, el filósofo francés decide rechazar como falso todo aquello sobre lo que pudiera albergar alguna duda, para así poder constatar si, al cabo, queda en su creencia «algo que fuera enteramente indudable». Así las cosas, esto le lleva a pensar que todo es falso, salvo una cosa, a saber, el mero pensar. De aquí extrae Descartes el primer principio firme y seguro de la filosofía: «yo pienso»7. Esto le lleva a concluir que él no es otra cosa que «una sustancia cuya esencia y naturaleza es pensar»8, y que tal conclusión la puede dilucidar en la medida en que es consciente de que es una cosa que piensa, por lo que ya está en condiciones de pronunciar su más conocida proposición: «yo pienso, luego soy». A partir de aquí, Descartes puede afirmar con toda seguridad que para pensar es preciso ser. A continuación, depositando gran confianza en su esencia en cuanto hombre, esto es, en su capacidad de pensar, establece una regla general para identificar la verdad de las cosas: «que las cosas que concebimos muy clara y distintamente son todas verdaderas»9. Ahora bien, el filósofo francés reconoce que no es perfecto, algo de lo que se da cuenta cuando duda (un ser perfecto no puede dudar). Pero si él tiene la idea de perfección, por fuerza ésta debe provenir de una naturaleza más perfecta, a saber, Dios. Por tanto, Descartes deduce que él participa de un Ser perfecto. Y es precisamente este Ser perfecto, o sea, Dios, la referencia de verdad que garantiza que la susodicha regla general tenga validez. Es decir, cuando el filósofo francés está seguro de que algo es verdadero es gracias a que, como hombre, participa de Dios, o sea, que su capacidad de discernimiento es totalmente fiable en aquellas cosas que son evidentes10 habida cuenta de que un ápice de lo divino circula en su alma11. 
Onofre Castells, La verdad cartesiana, relatos de Onofre Castells.com 11/01/2018

7Descartes asevera que este es «el primer principio de la filosofía que andaba buscando» (Descartes, 2008).
8Descartes, 2008.
9Ibíd.
10El criterio de verdad es la evidencia, pero la verdad es la adecuación del pensamiento a la cosa. 
11Como se puede apreciar, aquí está en juego el concepto de participación, un término que nos remite a la platónica participación de las cosas del mundo sensible de las Ideas del mundo superior.

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