El principi d´objectivitat.


El primer principio equivale a la hipótesis de la realidad. La realidad existe y yo la puedo comprender. Los principios no son verdaderos ni falsos,sino que se asumen o no se asumen (y no asumir que la realidad existe sería incompatible con el interés científico por comprenderla). El primer principio se podría llamar Principio de Objetividad y enuncia que de las muchas maneras que una mente tiene para percibir (observar) un pedazo de realidad, el científico elige aquella manera que menos afecta a la propia percepción (observación). El premio por asumir este principio es el grado de universalidad del conocimiento que se obtiene. Esté donde esté el límite (la física cuántica sin duda impone el suyo), la idea es que el conocimiento del objeto dependa lo mínimo posible del sujeto que lo ha elaborado. Otra cosa, claro, es que tal límite sea inalcanzable en la práctica. Lo que se marca claramente es la tendencia. Mejor determinar la posición de un objeto haciendo chocar perdigones contra él que disparándole balas de cañón, y, mejor aún, iluminarlo con fotones. Mejor que un psiquiatra reduzca su presencia al mínimo cuando explora a un paciente. Relajar este principio es abrir la puerta a una clase especial de falsedad. Las grietas de la verdad científica se rellenan de pasta de ideología. Y la ciencia, por vocación, es la manera de conocer que carga con la mínima dosis posible de ideología. La complejidad de la realidad a comprender marca los grados de la falsedad por ideología.(...) En la física puede haber falsedad ideológica, pero menos,mucho menos que en la biología. Y lo mismo puede decirse de la biología respecto de la economía.

Jorge Wagensberg, Lo falso en el conocimiento científico, Letras Libres, Diciembre 2008

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