274: Germán Cano, La nueva inmunidad






La historiadora Selina Todd ha definido este momento decisivo de la construcción del Estado de bienestar como resultado de una “guerra del pueblo”. En 1945, al volver de la experiencia del frente, la clase trabajadora británica exigió, a cambio de sus sacrificios, un nuevo derecho al porvenir. La autoestima que había permitido vencer al enemigo se trocó en disconformidad con la desigualdad jerárquica existente, una dignidad en igualdad de oportunidades. El sacrificio en la “guerra del pueblo” obligó a abandonar la jerga de la lucha por la existencia por un “programa para la paz”. No es casualidad que el Informe Beveridge expresara la potencia del cambio histórico en el manifiesto laborista de 1945 con el título: Afrontemos el futuro: a la victoria en la guerra debe seguir una próspera paz

Reparemos en el significado de este lema. No era el momento de reclamar a las élites dominantes una mera “compensación” por los sacrificios realizados; no se trataba de justificar que esta generosidad era merecedora de concesiones “desde arriba” o ensalzar simplemente la bandera nacional. No, la terrible lección bélica enseñaba que la dignidad dependía de derechos materiales para todos. Que esta fraternidad recobrara un nuevo significado ya no para tiempos de guerra sino de paz implicaba un giro copernicano: la nueva sociedad debía ser algo más, mucho más, que devolver a cada uno exactamente lo que se merecía por su trabajo. El espíritu del 45 no trocaba sacrificio por heroísmo, sino por dignidad efectiva. No deberíamos olvidar esto a la hora de discutir hoy, libres de nostalgias fordistas, el sentido de una renta básica universal. 

Esta analogía entre nuestra “guerra contra la pandemia” y esa “guerra del pueblo” tiene límites. Entre ellos, que esa gran experiencia de autoestima colectiva poco tiene que ver con nuestro aislamiento tecnológico. Sin embargo, da que pensar acerca de nuestras épicas cotidianas: la que aplaude diariamente el enfrentamiento de la vida contra la muerte en las trincheras de la sanidad pública y la que se centra en la bandera y el luto. Ambas son legítimas, pero en la última no pocas veces se tiende a sublimar heroicamente el drama por arriba para descuidar el de abajo. ¿Todo este sacrificio para qué? ¿Para que ciertos políticos se muestren impúdicamente como pasionarias 

El sentido que demos a este sacrificio será decisivo para nuestro futuro. Si algo define a la tradición emancipatoria, que se remonta a la rebelión prometeica contra los dioses, es que hay trampa en trocar dolor por sentido. El dolor por sí mismo no genera dignidad; el dolor, a lo sumo, solo puede servir como acicate para combatirlo y reducirlo, para prevenirlo y protegerse de él en la medida de lo posible. ¿No implica, por ejemplo, una autoflagelación rayana en lo religioso la idea de que la pandemia es una “revancha de la naturaleza”? ¿No es justo lo contrario: la consciencia global de nuestra dependencia por la posibilidad de un mundo interconectado técnicamente? Ojalá la vuelta a esta nueva “esencialidad” no sea un simple reconocimiento de nuestra vulnerabilidad, sino de nuestro sentido de la justicia y de nuestro intervencionismo en lo que es cruda necesidad. Lo que está revelando la pandemia no es tanto la coinmunidad del mundo globalizado como la funesta constatación de que hay vidas que importan menos que otras.

Quizá esta sea también la diferencia entre el aplauso en nuestros balcones a una sanidad pública “dejada morir” por políticas privatizadoras y una necesidad de duelo que se centra en intercambiar dolor por sentido. Si el espíritu del 45 cuestionó que las élites dominantes se limitaran a exaltar el “sangre, sudor y lágrimas” para esconder su particularismo, ¿no estamos hoy en condiciones de repetir ese ambicioso gesto a la altura de los nuevos desafíos?. “¡Ay del pueblo que no tiene héroes!”. “No, ¡ay del pueblo que necesita héroes!”, replicaba el Galileo de Brecht. No en vano era un científico.

https://elpais.com/opinion/2020-05-21/la-nueva-inmunidad.html?fbclid=IwAR1IQC3oZr1c5yxE1xVVQwkfGrUV_Ayv37AOOvHi_fuVx442A2aVTuBO44M

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