Gianni Vattimo: "L'hermenèutica ens protegeix de la tecnocràcia".
Lo que critico especialmente es el cientificismo, el sometimiento a la ciencia.
No es que no me guste la ciencia, lo que no me gusta es su pretensión de
describir exactamente lo que pasa. En la economía, por ejemplo. Lo que está
pasando en Italia, en Europa, se basa en una concepción de la ciencia económica
bastante autoritaria. Se prescinde de los políticos porque tienen ideas
diferentes y se deja a los técnicos, que se supone que son neutrales. Pero esa
pretensión de neutralidad es una defensa del poder establecido. A nosotros, los
hermenéuticos, nos dicen que seamos más realistas. Pero la realidad no habla por
sí misma. La realidad es descrita por alguien y sabemos que se llega a ella con
esquemas a priori. Esto viene de antiguo: Platón, las ideas, las esencias. Hasta
Husserl. Marx decía que los filósofos habían intentado comprender el mundo, pero
que el asunto era cambiarlo. Yo creo que los filósofos han pretendido determinar
el mundo y que se trata de interpretarlo. Para cambiar el mundo hay que tomar
conciencia de que todas nuestras formas de describirlo son interpretativas. Esto
nos protege de los técnicos.
En Italia se da una gran anomalía. El gobierno no está formado por políticos electos sino por técnicos llamados por el presidente de la República para salvar la economía. De momento no la están salvando. Esta pretensión de neutralidad es muy peligrosa. Las decisiones son dictadas por un saber que no es objetivo. Los economistas han cometido muchos errores. Tienen tendencia a salvar el orden establecido a cualquier precio. Ahí está el apoyo del gobierno a los bancos. No es seguro que la salud de los bancos sea lo mismo que la salud de los ciudadanos. Esto perjudica sobre todo a los débiles. De ahí que insista en que la alternativa se da en los márgenes de la sociedad, los débiles. El pensamiento débil es un pensamiento de los débiles.
(Si no hay interpretaciones predominantes, ¿por qué ha de
serlo la de los débiles?). Eso es como preguntar por qué hay que estar a favor de la
caridad y no de la verdad. Quizás porque pensamos en el otro. Y no necesito
saber ni qué es la caridad ni qué es el otro. Basta con saber que me interesa.
Además, los débiles son más y yo soy débil. El cambio lo impulsan los que no
están bien: los pobres, los oprimidos. El cambio no tiene por qué ser mejor,
pero el mantenimiento de lo que hay implica una clausura del futuro. Hay una
motivación ontológico-cristiana: por un lado, los oprimidos intentando cambiar
las cosas; por el otro, el hecho de que los débiles son más. Eso es la
democracia.
La idea de justicia es problemática. Creo menos en la
justicia que en la lucha de clases. Es difícil decidir lo que es justo porque
siempre hay intereses, implicaciones personales. Imagino una sociedad de
intérpretes como llena de diálogos, conversaciones, para sobrevivir. Hay que
aceptar que soy una parte de ese diálogo, de lo contrario sería Dios. Decimos
que hemos encontrado la verdad cuando nos hemos puesto de acuerdo, no es que nos
pongamos de acuerdo porque hemos encontrado la verdad. Eso significa que la paz
social se basa en la negociación, no en la lucha armada.
Decir, como Heidegger, que solo Dios puede salvarnos es
una manifestación de desesperación. Sólo queda ir a Lourdes. Que sólo el
comunismo puede salvarnos significa que no tenemos ya un ideal político que nos
lleve a las urnas. ¿Por qué se va a votar? ¿Para salvar el libre mercado? No sé
si alguien decide salir de casa en un día de lluvia para votar y salvar el libre
mercado. Por eso lo del comunismo: solo un ideal fuerte, en el sentido
igualitario, democrático, es un ideal posible. Comunismo en el sentido de Lenin,
es decir, electrificación y soviets. O sea: desarrollo y asambleas lo más
democráticas posibles. El mercado libre no puede ser un ideal. Quizás el
desarrollo, pero ¿qué desarrollo?: ¿el que pide los sacrificios que pide el
gobierno? Lo justifican con el desarrollo, pero nos matan con esto. El comunismo
tiene mala prensa, pero vivimos en una sociedad donde crece la abstención, la
gente no cree en los políticos, ¿qué se puede proponer? La izquierda se contentó
con pequeñas reformas. Yo propongo una oposición fuerte que limite la fuerza de
la derecha. Los partidos socialistas se han acostumbrado a ser fuerzas de
gobierno y eso los mata. Pierden su electorado al comprometerse con los
poderosos.
Chaves y Morales han creado
un nuevo mercado, un nuevo sistema, que es una alternancia. Algo muy diferente a
lo que hay en Occidente. Venezuela y Bolivia respetan las elecciones
democráticas, crecen por encima de Europa y Estados Unidos y suponen un apoyo a
las gentes que quieren un cambio en un sistema neoliberal que a nadie gusta. Hay
un cambio posible. Elegir el comunismo es una consecuencia de no seguir el
camino de la ciencia. Hoy la ciencia se ha convertido en un factor de
mantenimiento del poder. Hay más medicamentos para combatir la obesidad que para
combatir la malaria, porque la malaria es una enfermedad de los pueblos
pobres.
Francesc Arroyo, "Solo un ideal fuerte, como el comunismo, podrá salvarnos, entrevista a Gianni Vattimo, El País, 05/12/2012
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