Selfie i inseguretat personal.




La inmensa mayoría nos exhibimos en vez de explorarnos. No nos retratamos para descubrir nuestro estado de ánimo o el de nuestros acompañantes. La cara, dicen, es el espejo del alma. Pero “sacarse un selfie” se ha convertido en un proceso casi automático de autopromoción publicitaria.

Las redes incentivan la autopromoción. Porque la introspección y la autocrítica se viralizan peor que el autobombo. Cuando nos retratamos, exhibimos una felicidad autocomplaciente. Aunque nace de la inseguridad. La V de victoria solicita el aplauso. Nuestra sonrisa, el emoticón del jajaja. Snapchat solo ofrece complementos graciosos y ocurrentes para adornarnos. Ofrece la versión carnavalesca del pensamiento positivo: siempre divertidos, ocurrentes, motivados… disfrazados.

Los selfies son una moda transgénero. Los varones también nos fotografiamos el cuerpo como si fuésemos objetos. A la larga, esa cosificación deshumaniza. El aspecto físico se convierte en marca propia y de los otros. Y acabamos considerándonos cosas, objetos que se poseen o instrumentos para enaltecernos. ¿Exageramos?

Un estudio riguroso, realizado en 2015 con hombres, demostraba que el número de selfies se relaciona con el nivel de narcisismo. Aumentan proporcionalmente a la inseguridad personal. Y tienden a fomentar el autobombo y el engaño, la frialdad y la rudeza. Pueden activar estrategias de manipulación y agresión. Todo vale para alcanzar un reconocimiento que, aunque sea en sentido negativo, puede lograrse mostrando prepotencia y fomentando miedo.

La investigación científica avala que la inseguridad y la angustia vitales se traducen en prepotencia digital. Las psicopatías aparecen si no se ponen filtros o límites al impulso narcisista. Las redes lo fomentan. Los tipos que posteaban presumiendo que bebían mucho y eran promiscuos triunfaban: recibían más reacciones y seguidores. Cuanto más explícita y ufana fuese la chulería, mejor. Representaban el alma masculina de la fiesta digital.

Víctor Sampedro, Clarividencia y psicopatía del selfie, Público 14/09/2018

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