Quan la violència és justa.









El modelo predominante de entender la violencia es el modelo del mal: la gente buena hace cosas buenas y la gente mala hace cosas malas. Pero son muchos autores los que nos vienen avisando ya hace tiempo de que es la gente buena la que comete las mayores barbaridades. La gente cree que la violencia es una expresión de nuestra naturaleza animal y que aparece cuando las normas morales culturales fallan. Según la visión al uso, la violencia es mala, sería la esencia de la inmoralidad. Pero cuando analizamos los actos violentos lo que vemos es justo lo contrario. Cuando la gente hace daño o mata a alguien lo hacen porque creen que es lo correcto moralmente y que es obligatorio incluso ser violento. La violencia, además, surge de las relaciones entre perpetrador y víctima o entre perpetrador y otras personas y la persona que comete actos violentos busca corregir una relación personal, hacer que sea correcta. La moralidad trata de regular las relaciones sociales y la violencia es una forma de regular esas relaciones.


Son muchos los autores que han señalado que el ser humano tiene una aversión a ser violento en circunstancias normales. La violencia es virtuosa cuando el sujeto, su grupo de referencia, o la audiencia, consideran que el acto es lo que hay que hacer aunque sea difícil y duro llevarlo a cabo. La moralidad consiste en la regulación de las relaciones, en la realización de unos ideales de lo que deben ser las relaciones. Por ejemplo, si un padre castiga a a un hijo por no hacer lo que debe, o por alguna mala acción que haya cometido, el padre cree que está haciendo lo que debe hacer según sus normas morales. Lo mismo ocurre en el caso de los asesinatos por honor en muchos países del mundo.


La moralidad consiste en la regulación de las relaciones sociales, en una especie de código de circulación de las relaciones personales. La gente mata o muere para hacer que sus relaciones sociales sean como deben ser. Las relaciones de la gente son muchas veces más importantes para ellos que su cuerpo o que su propia vida. Muchas veces, para que sus relaciones sean como ellos creen que deben ser las persona sacrifican sus cuerpos o sus propias vidas, o las vidas de sus esposas/os, amigos o vecinos. Algo que debemos tener muy en cuenta.

Pablo Malo, La Violencia Virtuosa, Evolución y Neurociencias, 06/06/2015

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