Kant i la felicitat.
¿Cuál es el núcleo duro de lo que llamamos felicidad? Para realizar esta breve incursión por la historia del pensamiento, conviene hacerse con un buen guía. Contra lo que suele creerse, a Kant le preocupó mucho el tema de la felicidad y lo aborda muchas veces a través de toda su obra. Resulta curioso comparar las distintas definiciones que va dando Kant. Comienza por definir a la felicidad como una cabal y plena satisfacción de todas nuestras necesidades e inclinaciones en lo tocante a su número, intensidad y duración.
Más adelante, sin desdecirse, la cifrará en que todo nos vaya con arreglo a nuestro deseo y a nuestra voluntad, siendo así que, por consiguiente, la segunda podría no coincidir con el primero, al pretender hacernos dignos de la felicidad y advertir que la mera complacencia de las inclinaciones nos dejaría insatisfechos.
Kant adopta la perspectiva de quien hubiera podido diseñar al ser humano y entiende que, si hubiera querido programarle para ser feliz, le habría dotado únicamente con el aparato instintivo que comparte con otros animales. Al dotarle de razón y hacerle reflexivo, le permitía cultivar sus disposiciones naturales y moderar sus pulsiones egoístas para vivir en comunidad. Cualquier cosa que perjudique a los demás valdría con miras al deseo, pero sería matizada por nuestra facultad volitiva orientada moralmente.
Según Kant, el estar contento consigo mismo sí dependería por entero de nosotros. El sosiego de hallarse satisfecho y estar en paz consigo mismo sería la clave kantiana para ser feliz al margen de las contingencias. En definitiva: no se trataría de conseguir nada en particular, sino de ponernos una meta que podemos perseguir por nuestra cuenta y riesgo.
En realidad, Kant hace suyo el espíritu del estoicismo. Se trata de conquistar nuestra ciudadela interior y no consentir que se vea sojuzgada por dictados ajenos. Al divorciarse del éxito y sus ataduras, la buena voluntad kantiana deviene completamente autónoma, en la estela del sabio estoico que desprecia los bienes materiales para sosegar su ánimo domeñando las cuitas imaginarias.
Roberto R. Aramayo, ¿Cómo se conquista la felicidad?, ethic.es 22/03/2021
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