Principis de la Contrademocràcia (Jason Brennan)


  1. El mayor problema es que en las urnas se elige a quién está al frente de un Gobierno, y esa es una decisión fundamental. Porque si se elige a la persona equivocada puede tener gravísimas consecuencias: puede declarar la guerra, empobrecer a un país, encarcelar a mucha gente, socavar derechos y libertades... El problema de la democracia es que concede mucho poder al pueblo mientras que cada persona individualmente tiene muy poco poder.
  2. Como los votos individuales cuentan muy poco, la mayoría de la gente no tiene incentivos para estar informada y emplear su voto de manera cuidadosa. Si yo cruzo la calle, miro en ambas direcciones y si veo un coche que avanza hacia mí no se me ocurre pensar que es un superhéroe que viene a buscarme, porque si me equivoco la realidad me lo va a hacer pagar inmediatamente. Pero en unas elecciones no supone ninguna diferencia si me quedo en casa y no voto, si voto en un sentido o en el sentido contrario, porque un voto individual no cambia la situación. Y como no va a haber diferencia, no pasa nada por votar no por quien creo que sería el mejor gobernante sino en contra de alguien que no me gusta.
  3. Imagine que soy de Boston: forma parte de mi identidad ser seguidor del equipo de Boston y odiar a los equipos de Nueva York. Pues en política funciona lo mismo: un católico de origen irlandés que vive en Boston se supone que debe de votar por los demócratas, apoyarles hagan lo que hagan, tengan el líder que tengan, porque lo único que quiere es que ganen. Esos son los hooligans, y son la mayoría de los votantes: votan a su partido y les importa muy poco quien sea el líder del mismo.
  4. En El Señor de los Anillos los hobbits son esas criaturas a las que les importa bastante poco el mundo exterior, las aventuras, las luchas... Quieren quedarse en casa, comer, ocuparse de sus granjas, fumar sus pipas... A la inmensa mayoría de quienes deciden no votar no les interesa la política, su nivel de información es bajo y rara vez tienen opiniones propias, y cuando la tienen es fácil hacérsela cambiar.
  5. Los vulcanianos son racionales, piensan en modo científico, no siguen ciegamente a un partido. Les llamo así por la serie Star Trek.
  6. La epistocracia que propongo es lo que yo llamo el gobierno por oráculo simulado. Imagínese un oráculo como el de Delfos, capaz de decirnos lo que está bien y lo que está mal... Seguro que lo consultaríamos, ¿verdad? No lo tenemos pero podemos crearlo. ¿Cómo? Cambiando el modo en que se vota. Con el sistema que yo propongo todo el mundo votaría, nadie quedaría excluido. Haríamos tres cosas. La primera: entender quiénes son los votantes, reunir de manera anónima datos sobre qué tipo de personas son, cuánto ganan, dónde viven..., porque todo eso afecta a su forma de votar. En segundo lugar haríamos a los votantes un test muy básico de conocimiento político, como ¿Cuál es el partido que gobierna? ¿Quién es el vicepresidente? Y tercero, sabiendo quiénes son y qué es lo que saben, se puede simular lo que los ciudadanos votarían si estuvieran bien informados.
  7. (Incentivación para mejorar la calidad del votante): Se podría crear algo llamado Día Nacional del Votante. Se celebraría una semana antes de las elecciones y consistiría en un test voluntario sin ningún efecto en el derecho a votar y en el que se respondería a preguntas muy básicas sobre la situación económica y política. Si se responde correctamente el 90% o más de las preguntas se premia con 1.000 euros; entre el 80-90%, con 500 euros... Y con menos del 60% no se le da nada. Si uno sabe que en una año va a haber elecciones, el dinero es un gran incentivo para que estudie.

Irene Hernández Velasco, entrevista a Jason Brenan: "El problema de la democracia son los votantes", el mundo.es 22/06/2018


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