Matar una persona per salvar dues.
En un artículo de 1975,
mencionado con mucha frecuencia y titulado “La lotería de la supervivencia” (Philosophy, 50, 1975), John Harris
propone un experimento mental efectivamente genial por su simplicidad y aún más
por su carácter bárbaro. (…)
La situación es esta: un médico
se encuentra ante dos enfermos, Y y Z, a punto de morir porque a uno le hace
falta un corazón y al otro unos pulmones. No hay órganos disponibles. En lugar
de lamentarse de su suerte, Y y Z le explican al médico que para salvarlos
“solo haría falta matar a una persona sana” que llamaremos A, y “extraerle los
órganos en cuestión para salvarlos a ellos dos”. Si el médico no hace lo que le
dicen, deja morir a Y y a Z, o sea, los mata, para ellos no existe diferencia
entre matar y dejar morir puesto que la consecuencia es la misma. No es más
grave matar a A para extraerle los órganos, que dejar morir a Y y a Z por falta
de órganos. Al contrario, se salvan dos vidas o más, pues se pueden extraer más
órganos al precio de una sola vida, y, así, desde el puto de vista
utilitarista, el resultado de la operación es moral, ya que aumenta la cantidad
de vidas preservadas, “maximiza las vidas”. (201-202)
Jean-François Braunstein, La
filosofía se ha vuelto loca, Ariel, Editorial Planeta Barcelona 2019
Exercici:
(Què fer amb malalts d’alzheimer
sense possibilitat de millora, quan el tractament i la cura és una despesa
económica que es podria dedicar al tractament i cura d’altres malalts amb millors
perspectives de millora?)
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