Per què serveix un absorvidor de pànic? (Daniel Dennett)
Asumiendo que una caída global de internet provocaría un tremendo caos, lo que más le interesaba a Daniel Dennett es cómo podríamos salvarnos. «No hay mucha información sobre qué podría pasar si internet colapsara, y todo parece muy tranquilizador. Suena casi como el presidente Trumpsobre el coronavirus. Que si internet ha sido bellamente diseñado para ser redundante, que está a prueba de fallos, que es un sistema hiperrobusto… Son comentarios que hay que tomar con pinzas», decía. Lo comparaba con el caso de British Telecom, que había usado plomo para proteger sus cables submarinos, y el metal acabó hundiéndose e impidiendo su sustitución. Los cables quedaron en desuso y su degradación, según una investigación de The Wall Street Journal, está envenenando a la población.
«Los tecnócratas no van a reconocer que son al menos parcialmente responsables de sus vulnerabilidades, ni van a pedir ayuda, por lo que tratan de incentivar cambios sin exponerse», decía Dennett. «Casi nadie quiere hacer sonar la alarma, pero lo que dicen los expertos es que no es una cuestión de si pasará, sino de cuándo».
Dennett se dedicó a preguntarle a la gente a su alrededor: «¿Qué harías si despiertas una mañana y te encuentras con que no funciona tu teléfono, ni tu televisión, ni la radio, ni tienes conexión y estás sufriendo cortes de electricidad?». Todos entraban en modo de supervivencia: «En una situación así, la gente se vuelve loca».
Por eso, quería impulsar un movimiento para comenzar a prepararse ante el apagón masivo. Su propuesta consistía en organizar lo que llamaba «botes salvavidas» o «absorbedores de pánico» locales. Creía que los lugares ideales para ello eran las iglesias, ya que son fácilmente identificables. «¿Qué pasa si estoy viajando y me encuentro en otro lugar del país? ¿Cómo puedo saber dónde encontrar uno de estos grupos locales si internet no funciona? Simplemente tendrías que buscar uno de esos edificios con un pequeño campanario», argumentaba el catedrático. Él mismo, ateo redomado, pasó parte de su juventud en una iglesia: «Era Boy Scout y mi tropa se reunía en el sótano de la iglesia bautista. Yo no era bautista. No me importaba. Nunca subía las escaleras».
A la pregunta sobre si una caída de internet hoy en día sería peor que un apagón eléctrico en la época pre-digital Dennett contestó que es «cualitativamente diferente». «En el siglo XIX la gente estaba acostumbrada a vivir sin comunicación instantánea. No sería un problema para nada. Pero nos hemos vuelto tan dependientes… Nuestra vida entera gira en torno a la conectividad. Si la cortas, es como si no pudieras respirar».
«Como sociedad, al menos en Estados Unidos y creo que también en Europa, damos por sentado muchas cosas y nos hemos puesto en una posición cada vez más dependiente de todo tipo de sistemas de soporte vital. Es como si estuviéramos viviendo en el espacio exterior o en el fondo del océano con un equipo de buceo», explicó.
Además, creía que esto también podría tener un impacto evolutivo, por ejemplo en la pérdida de ciertas capacidades. «Es la regla del “úsalo o piérdelo”. Cuando encontramos un sustituto para algo que solíamos producir o hacer nosotros, ese talento o capacidad desaparece. Como la habilidad de los niños de leer mapas ahora que tienen GPS». Asimismo, Dennett creía que internet ha tenido un impacto en el debilitamiento del tejido social, entre otras cosas por «haber externalizado muchas relaciones humanas, sin invertir en ellas personalmente».
Esther Paniagua, Conversación póstuma con Daniel Dennet: "Nuestra vida entera gira en torno a la conectividad. Si la cortas, es como si no pudieras respirar", ethic.es 06/05/2025
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