La gran trampa de la globalització.
Quizá hemos tenido camisas o televisiones baratas, pero a cambio todo lo esencial para la supervivencia se ha encarecido sustancialmente. Lo han hecho la energía, la alimentación, la vivienda e incluso la educación. Esto es un efecto de un sistema en el que EEUU asentó su hegemonía con la fabricación barata en China, a cambio de que el capital generado fuera a parar a EEUU. Las empresas obtenían una rentabilidad grande, que recogían sus principales accionistas, y los chinos y los alemanes obtenían superávits, que destinaban a la compra de bonos del Tesoro estadounidense y a la esfera financiera de Wall Street. Todo ese capital sirvió para que EEUU asentara su hegemonía, ya que podía financiarse a través de todo ese dinero, pero también para que los inversores dispusieran de gran cantidad de recursos que no se destinaron a la economía productiva. Fueron a parar a entorno especulativos, incluidos los inmuebles, lo que ha provocado que los bienes más importantes para la subsistencia terminasen encareciéndose. De modo que sí, tenemos camisas baratas, pero es muy difícil pagar la compra de un piso o su alquiler. Los Estados perdieron capacidades estratégicas, porque ya no producían bienes de esa clase. Esa ha sido la gran trampa de la globalización.
Esteban Hernández
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@HdezEsteban ·10 de maig
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