Autoconciència, pot ser una propiedad exclusiva dels éssers humans?




Desde la neurociencia, normalmente, definimos la consciencia como el estar alerta, el reconocernos a nosotros mismos, a los demás, el entorno… Es decir, es el estado de vigilia, en el que tenemos capacidad de respuesta. Lo inverso sería un estado de falta de consciencia que en una persona, por ejemplo, sería cuando está dormida, bajo los efectos de una anestesia o en estado de coma. Si nos atenemos a esta definición, la conciencia no es algo exclusivo de los seres humanos.

Si en lo que pensamos es en ese estado de alerta, de respuesta a los estímulos, hay muchos otros seres vivos, además de los humanos, que pueden dormir y, por lo tanto, alternan un estado de consciencia con otro de falta de consciencia.

Cuando hablamos de que hay algo único en los humanos, solemos referirnos a la autoconciencia. Este es un proceso más complejo que abarca la sensación de identidad, de continuidad en el tiempo, de memoria del pasado, procesamiento del presente y planes de futuro. A esto se suman todos los procesos cognitivos que caracterizan a los humanos: lenguaje, memoria, razonamiento, creatividad y también, y muy importante, la metacognición, es decir, que podemos, pensar sobre la conciencia, reflexionar sobre nuestros propios procesos cognitivos, sus mecanismos… justo como habéis hecho al plantearos esta pregunta.


La explicación a por qué la autoconciencia parece ser exclusiva a los seres humanos se atribuye a las diferencias que existen entre los cerebros humanos y los cerebros del resto de los animales.


Las mayores divergencias se observan en la corteza cerebral humana que es mucho más compleja: tenemos un mayor número de neuronas, una corteza cerebral bastante más gruesa, más axones mielinizados en las neuronas que conducen más rápidamente. En resumen, nuestra corteza cerebral posee una gran densidad neuronal y una mayor conectividad entre las neuronas. Esa característica posibilita el procesamiento de mucha más información. Como dijo el físico Emerson Pugh: “Si el cerebro humano fuera tan simple que pudiéramos entenderlo, nosotros seríamos tan simples que no lo entenderíamos”.


Aunque la corteza cerebral humana, como os explicaba, es muchísimo más compleja que la del resto de los animales, también hay diferencias entre las distintas especies. La mayor cercanía en cuanto al tamaño de la corteza cerebral humana son los cerebros de las ballenas y los elefantes. Estas especies animales tienen formas de comunicación y comportamientos sociales complejos. Pero el lenguaje humano, que es la base de la reflexión y que es un elemento fundamental en la conciencia humana, es más complejo que las formas de comunicación de estas otras especies. En cualquier caso, la necesidad de lenguaje para la autoconciencia no está exenta de debate.


Por otro lado, los cerebros de los grandes simios son más pequeños y con una corteza cerebral de menor grosor que la de los humanos. Se han hecho estudios para determinar cuánto lenguaje pueden llegar a codificar los grandes simios y en general, sus funciones cognitivas y habilidades podrían ser similares a las de un niño o niña de unos 2 o 3 años. También hay estudios científicos debatiendo su posible nivel de autoconciencia basándose, por ejemplo, en la prueba del espejo, para ver si hay o no autorreconocimiento.


La comprensión de los mecanismos de la consciencia es un tema candente en la neurociencia actual. Aunque se considera una propiedad emergente del cerebro, no existe una teoría unificada sobre cómo se genera. De hecho, recientemente se ha publicado un artículo científico que compara las predicciones de las dos teorías dominantes (teoría de la información integrada y teoría del espacio de trabajo neuronal global) que no ofrece un veredicto definitivo sobre ninguna de ellas.


Mavi Sánchez Vives, ¿Por qué solo los humanos tenemos consciencia?, El País 26/05/2025

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