Plató: la biologia aplicada a la dinàmica social.


La enfermedad del Estado -la disolución de su unidad- corresponde, por ejemplo, a la enfermedad del espíritu humano, de la naturaleza humana, En realidad, la enfermedad del Estado no sólo se halla correlacionada con la corrupción de la naturaleza humana sino que procede directamente de ella y, en particular, de la clase gobernante. Cada una de las etapas típicas de la degeneración del Estado tiene su origen en una etapa correspondiente de la degeneración del alma humana, de la naturaleza humana, de la raza. Y puesto que se considera que la degeneración moral depende de la degeneración racial, podría afirmarse que el elemento biológico del naturalismo platónico resulta tener, a fin de cuentas, el papel más importante en la fundación de su historicismo. En efecto, la historia del derrumbe del Estado perfecto u original no es sino la historia de la degeneración biológica de la raza humana. (pag. 88)

"Todo aquello que haya sido generado deberá declinar». Pero esa teoría general no proporciona una solución plenamente satisfactoria, pues no explica por qué ni siquiera un Estado suficientemente perfecto logra escapar a la ley de la decadencia. Y, en realidad, Platón llega a sugerir que la decadencia histórica podría haberse evitado si los gobernantes del Estado primero o natural hubieran sido filósofos avezados. Pero no lo fueron ni se hallaban preparados, tampoco (como lo exige Platón a los magistrados de su ciudad ideal), en matemática y dialéctica; y a fin de evitar la degeneración, hubieran tenido que hallarse iniciados en los misterios superiores de la eugenesia, esto es, de la ciencia de «mantener pura a la raza de los guardias» y de evitar la mezcla de los nobles metales de sus venas con la vil sustancia de los artesanos. (pág. 89)

Después de revelar parcialmente el secreto de su misterioso Número, Platón continúa diciéndonos: «Este... Número rige el carácter bueno o malo de los nacimientos, y toda vez que los guardianes ignorantes (como se recordará) de estos problemas, unen a una pareja de forma inadecuada, los hijos de esa unión carecerán de una buena naturaleza y también de suerte. Aun los mejores de ellos ... resultarán indignos de suceder a sus padres en el poder, y no bien se desempeñen como guardias dejarán de escuchar nuestros consejos», esto es, en las cuestiones de educación musical y gimnástica y, como Platón lo hace resaltar especialmente, en la supervisión de la selección racial. «En consecuencia, serán elegidos gobernantes aquellos totalmente ineptos para su tarea de vigías, es decir, de inspección y custodia de los metales de las razas (que así son de Hesíodo como nuestras), oro y plata, bronce y hierro. De este modo, el hierro habrá de mezclarse con la plata y el bronce con el oro y de esta aleación surgirá la Variación y la absurda Irregularidad; y toda vez que surjan éstas a la luz, habrán de engendrar la Lucha y la Hostilidad. He aquí, pues, cómo debe describirse la ascendencia y nacimiento de la Desunión, allí donde se observa su presencia.» (pág. 90)

Se advierte, así, que el historicismo idealista de Platón reposa, en última instancia, no sobre una base espiritual, sino biológica; descansa, en efecto, en una especie de metabiología de la raza humana. Platón no sólo fue un naturalista que propició una teoría biológica del Estado, sino que también fue el primero en sostener una teoría biológica y racial de la dinámica social, de la historia política. (pág. 91)

Karl R. PopperLa sociedad abierta y sus enemigos, Primera Parte, Ediciones Orbis, Barna 1985

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