El costat bo I el costat dolent de la moralitat.




El lado bueno de la moralidad: Lo que la gente cree que tiene valor moral tiene un enorme impacto en la sociedad, especialmente al motivar la participación en la acción colectiva (esfuerzo cooperativo para mejorar la situación del grupo) e inspirar el valor de oponerse a las injusticias a pesar del coste personal. Muchos cambios sociales positivos, como la lucha por obtener el derecho al voto para las mujeres en Estados Unidos en los años veinte, el movimiento por los derechos civiles en los cincuenta y la legalización del aborto en los setenta en muchos países, fueron el resultado de personas con firmes convicciones morales y de su incansable compromiso en un esfuerzo colectivo. Así que quiero dejar claro que la moralidad tiene un lado positivo y que no podemos renunciar a la moralidad porque forma parte de nuestra naturaleza humana. Yo (y otros autores) no decimos que la moralidad sea “sólo” mala sino que “también” es mala. Pero es que el lado bueno de la moralidad lo ve todo el mundo. El lado que no vemos es el oscuro y es muy importante verlo porque este diseño de la moral humana ha causado, y sigue causando, terribles catástrofes y sufrimientos en el mundo.

El lado malo de la moralidad: Al mismo tiempo, las convicciones morales pueden facilitar acciones hostiles, inflexibles y, a veces, violentas, desde la cancelación de la presentación de un libro, hasta disturbios interétnicos que dejan decenas de muertos. Para bien o para mal, las convicciones morales desencadenan reacciones más ardientes que otras actitudes y creencias. La medida en que una persona considera que un tema determinado (por ejemplo, la minería, el uso de glifosato, la inmigración ilegal o el uso comercial de partes del cuerpo, por poner algunos ejemplos) entra en el ámbito de las creencias morales que se perciben como algo que trasciende los límites de las personas, las culturas y los contextos tiene un amplio alcance y una variedad de resultados interpersonales negativos predecibles.

En general, la conclusión que se desprende de la integración de los conocimientos de las ciencias sociales y biológicas, demuestra que la moralización aumenta en gran medida la fuerza de las actitudes -su certeza e importancia- que a su vez motivan el compromiso político, dogmatismo y el extremismo ideológico, independientemente de la sofisticación política de los de los actores y en todo el espectro político. La convicción moral es el catalizador que convierte las creencias en acción, para bien y para mal.

Pablo Malo, El lado oscuro de la Moralidad, Pablo's Substack 27/04/2025

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