Model de presa de decisions basat en la identitat.
Utilizamos dos modelos principales para tomar decisiones. El que se basa en la identidad es uno y el racionalista es otro, según James G. March.
En los ámbitos de la economía o la política, por ejemplo, podemos guiarnos por nuestros intereses objetivos: ¿qué es lo que más me conviene como hombre treintañero que vive en un municipio mediano y trabaja en el ámbito privado, pero con un pie en el tercer sector? Estas son preguntas propias del modelo consecuencialista de toma de decisiones. Calculamos las consecuencias de cada alternativa y elegimos la más óptima. Esta creencia está en el corazón del liberalismo, pero también es el marco teórico que la mayoría de las izquierdas siguen utilizando para analizar el mundo.
¿Quién soy? ¿Qué tipo de situación es esta? ¿Qué hace la gente como yo en este tipo de situaciones? Estas son preguntas –muchas veces inconscientes– propias del modelo de toma de decisiones basado en la identidad. Es el que más usamos, también quienes nos creemos más racionales. Sin embargo, es el menos presente en los análisis. ¿Cómo es posible que haya trabajadores que votan en contra de sus intereses? ¿Y que mujeres voten a Vox? Es posible porque las identidades, que suelen imponerse a los intereses, son construcciones sociales, y eso significa que pueden desencadenarse de anclajes objetivos-racionales. Hay pobres que saben que son pobres y que las derechas no defienden los intereses de los pobres, pero pesa más la aspiración de parecerse a quienes realmente sienten que son los suyos (gente que vive mejor que los pobres).
Angel De la Cruz, Cómo debatir con un fanático y no morir en el intento, Mapas de incertidumbre 13/04/2025
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