Tècniques d'estudi recomanades per un neuròleg.
Recordamos mejor aquellos episodios de intensidad emocional, tanto positiva como negativa, pero extrapolar esto al aprendizaje en la escuela, a que hay que hacer actividades emocionantes para promover aprendizajes más duraderos, es un error. Hay que tener en cuenta que tenemos diversos tipos de memoria, no solo uno. En este caso vamos a hablar de dos. Por un lado tenemos la memoria episódica o autobiográfica, que es aquella que registra los recuerdos de nuestra vida diaria, información asociada a nuestras vivencias, ya sean detalles tan rutinarios como qué cenamos ayer u otros más relevantes, y que sí se ve influenciada por las emociones. Y por otro lado tenemos la memoria semántica, donde está todo lo que sabemos sobre el mundo y que no depende de una experiencia concreta, es decir, no depende de las emociones.
Porque una actividad en clase sea emocionante, no vas a conseguir que los alumnos se acuerden del contenido, sino de lo que pasó en la clase ese día. De hecho, despertar las emociones puede provocar el efecto contrario: que olvides el contenido porque sólo recuerdas las emoción que te despertó. Para que sea eficaz, el aprendizaje semántico requiere de procesos pausados y reflexivos, y las emociones no ayudan a reflexionar. Esto no quiere decir que las emociones no sean importantes para aprender, porque influyen en la motivación, que es un impulso emocional y te lleva a hacer los esfuerzos necesarios para conseguirlo. Pero hay que saber regularlas. Digamos que lo importante es que una clase sea interesante, no divertida, y que los errores no sean vistos como un estigma sino como una parte del aprendizaje.
Pues la mayoría de los alumnos y alumnas basan su estudio en leer y releer, es decir, codificar la información de afuera hacia adentro. También lo hacemos cuando copiamos un texto varias veces, vamos subrayando o hacemos un esquema mirando los apuntes. Esto nos crea una sensación de familiaridad, que es nivel de memoria más bajo que hay, nos suena pero no somos capaces de explicarlo bien. No es eficaz. Lo eficaz es codificar desde adentro hacia afuera: la evocación. Hacer un esquema o un resumen a partir de lo que recuerdas, pero no mirando el texto, o explicarle a alguien con tus propias palabras lo que acabas de leer. Así estamos haciendo un trabajo de recuperación, y ayudamos a fijar los conocimientos.
Otro error común es el de masificar el estudio, condensarlo todo en una sola sesión de muchísimas horas seguidas. Los aprendizajes masificados son efímeros, duran hasta el examen pero luego desaparecen. Si las mismas horas las distribuimos en el tiempo, hacemos pausas y dormimos, permitimos intervenir al olvido y quedarnos con lo que nos interesa. El aprendizaje se consolida así.
Patricia Gea, entrevista a Héctor Ruiz: "Repetir un texto, subrayarlo o esquematizarlo mirando los apuntes no son técnicas eficaces de estudio", el diario.es 10/01/2021
Vegeu entrevista a Héctor Ruiz: "Técnica de aprendizaje según la ciencia"
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