La moral com analgèsic
Una ley acaba de establecer que los animales no son cosas ni máquinas cartesianas sino sintientes, o sea que lo sienten mucho, como nosotros. Y de ahí que tengan sus derechos y que si no sujetos sean al menos objetos morales. Esa suposición cariñosa de que la moral depende de la capacidad de sufrir y no de la intención de actuar proviene de la suplantación anglosajona del humanismo por el humanitarismo. Hoy ya es universal entre quienes creen estudiar ética cuando en realidad se dedican todo lo más a cuidados paliativos: el humanismo ha sido cancelado más radicalmente que otros pecados imaginarios. Esta moralidad funciona como un analgésico y se inventó por la misma época que el cloroformo.
Fernando Savater, Los animales, seres sintientes, El País 29/01/2022
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