Liberalisme i mascaretes.




El liberalismo es una doctrina política que se remonta al siglo XVII. Su centro es el individuo y su valor nuclear la libertad. Esta tiene principalmente dos sentidos, el político y el moral. El primero subraya los límites al Gobierno, con el que tiene una relación de desconfianza, de prudencia, una relación “fría”. El liberalismo defiende los derechos del individuo frente a toda intromisión posible del Gobierno. Nació para poner límites a la monarquía absoluta, que no reconocía al individuo como sujeto de derechos sino al súbdito. Sus fundadores teorizaron que el Estado nació para garantizar la seguridad, esto es, la vida, y la propiedad. Si no lo hace pierde su legitimidad. La vida está por encima de la propiedad, sin aquella no se puede poseer. Hobbes —que no era un liberal— teorizó el fundamento del Gobierno y de una sociedad que le obedece si garantiza la seguridad y la propiedad, esta última subrayada por Locke.

Además de su sentido político, la libertad liberal posee un sentido moral, el que dio lugar a la tolerancia, los derechos, la valoración de la vida privada, y la libertad negativa. Esta significa que mi libertad tiene un límite en el daño que mi acción produce en el otro: no llevar mascarilla en espacios cerrados y la apertura de bares y discotecas sin límite de horario atenta contra la vida del prójimo. La libertad no es, pues, un bien en sí, ni una posesión individual sino una relación en comunidad. Por eso no puede ser sólo libertad de movimientos como creen los que apelan a las “libertades individuales”.


Helena Béjar, Liberalismo cruel, El País 12/01/2022

https://elpais.com/opinion/2022-01-12/liberalismo-cruel.html?fbclid=IwAR1MHNOA2AnOilsdwFjmMAa9vmf7K7Le78p8AqceHRwLhduEecsg7YRF3BY

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