Blockchain i criptomonedes.





Técnicamente, blockchain es un sistema para procesar transacciones electrónicas a través de una base de datos distribuida donde las operaciones son registradas y validadas de forma automática y sincronizada, transparente y criptográfica, sin depender de una autoridad central. Ideológicamente, es la solución revolucionaria a todos los males que emanan de la concentración de poder, incluyendo el abuso de autoridad, la corrupción institucional, la extracción de recursos en forma de impuestos que asfixian a la ciudadanía y la imposición de regulaciones que estrangulan el mercado. Históricamente, sin embargo, la mayor parte de las aplicaciones basadas en la cadena de bloques —que es lo que es el blockchain— son instrumentos financieros diseñados para evadir impuestos y especular.

Por ejemplo, las criptomonedas. Para ser un mercado tan descentralizado, llama la atención que su principal plataforma de intercambio sea más grande que todas las demás juntas. Para ser tan revolucionario, la riqueza está aún más concentrada que en el mercado financiero tradicional. Un estudio publicado en Nature sobre la plataforma de intercambio Coinchain indica que los inversores institucionales (bancos, fondos, etcétera) constituyen solo el 1% de los usuarios, pero generan el 60% de las operaciones y poseen el 50% de los activos. Bitcoin tiene 10.000 monederos controlando más de un tercio del total de bitcoins disponibles. Su 1% es un 0,01%, pero para ser tan transparente es imposible saber quiénes son.

Para ser tan democrático, ha reactivado la recolonización de paraísos fiscales arrasados como Puerto Rico y El Salvador, donde se empadronan en masa los criptonotas para hacer fiestas y evadir impuestos. Y es la gran lavandería de mercados como el narcotráfico, tráfico de menores, la extorsión y la pornografía infantil. Para ser tan eficiente, quema el equivalente energético anual de Suecia, un país rico donde hace frío casi todo el rato y la mitad del año reina la oscuridad.

Analizando la realidad de lo que hace y no lo que dice, el mercado de criptodivisas ya no parece la democratización de la Bolsa sino su manifestación más desordenada y salvaje, un golpe de 3.000 millones de dólares a punto de estrellarse. Cuando lo haga, no habrá un Bernard Madoff al volante para meter preso ni dinero para devolver. Así es el poder descentralizador de blockchain.

Marta Peirano, Tenemos que hablar del 'criptogatillazo', El País 13/01/2022

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