S'anomenarà Meta.
Durante el evento virtual Facebook Connect 2021, Mark Zuckerberg anunció que a partir de ese momento la empresa detrás de la red social pasaba a llamarse Meta, que en griego significa “más allá”. El objetivo, llevar las aplicaciones de la compañía, incluidas Whatsapp, Oculus e Instagram, a otro nivel. No obstante, la imagen y la reputación que la corporación supo proyectar han sido –y siguen siendo– fuente de debate y polémica en todo el mundo y, a decir verdad, el historial de problemas y controversias que acarrea Facebook difícilmente cambie con la alteración del nombre.
Bastante antes de esta modificación, las periodistas del New York Times Sheera Frenkel y Cecilia Kang comenzaron una investigación que plasmaron en Manipulados, la batalla de Facebook por la dominación mundial (Debate).
Allí, las autoras desentrañan los tejes y manejes de cómo la actual Meta llegó a ser lo que es. Para ello entrevistaron a más de cuatrocientas personas, en su mayoría ejecutivos y empleados antiguos y actuales de la empresa, inversores y consejeros, pero también a legisladores y reguladores, defensores del consumidor, de la privacidad y académicos de los cinco continentes, y transcribieron más de mil horas de entrevistas.
Asimismo, se basaron en el intercambio de correos electrónicos, informes y documentos técnicos que no habían salido a la luz antes, con los que pudieron reconstruir y verificar hechos.
En diciembre de 2020, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos y casi todos los estados de ese país presentaron una demanda contra Facebook por perjudicar a sus usuarios y competidores. Si bien a esta altura el hecho de que los datos los entregamos de forma voluntaria no es ninguna novedad, quedó comprobado que el monopolio violaba la privacidad de sus usuarios y propagaba “una epidemia de contenido tóxico y dañino que afectaba a tres mil millones de personas”.
Además, se confirmó que mediante la utilización de una cantidad ingente de datos y dinero, la compañía aplastaba y enterraba a cualquiera que insinuara ser competencia.
Al respecto, el libro aporta información detallada sobre la historia del experimento social con más repercusiones de la época y desenmascara su cultura empresarial que exige tanto lealtad ciega como secretismo.
En definitiva, una empresa que supuestamente tiene la misión de crear un mundo interconectado en el que poder expresarse con libertad hace que uno de los temores más grandes de su creador esté siempre a punto de convertirse, con sobrada justificación, en realidad: que los legisladores acaben un día por hacer pedazos su red social debido a las contradicciones permanentes en su funcionamiento.
Pero ¿dónde radica el problema sistémico de Facebook? ¿En el poder del joven Mark que con apenas veinte años jugaba a ser programador y diseñaba una red interuniversitaria? ¿Acaso en su ambición desmedida? ¿O en su increíble interés por infiltrarse en la vida de los usuarios con un fin que solo él conoce pero todos imaginamos?
Bibiana Ruiz, Facebook, la dominación mundial y más allá, Clarín 20/01/2022
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