Ulleres verdes.
Si todas las personas tuvieran en lugar de los ojos lentes verdes, juzgarían que los objetos que ven son todos verdes y nunca podrían decidir si sus ojos les muestran las cosas como son, o si hay algo pegado a ellas que no les pertenece, sino a los ojos. Lo mismo sucede con el entendimiento. No podemos decidir si lo que consideramos verdadero es verdaderamente verdad, o si nos parece eso a nosotros.
Heinrich von Kleist, Sämtliche Briefe, Sttutgart, 1999, p. 213; carta del 22-03-1801 a Wilhelmine von Zenge.
Comentaris