Paral.lelisme entre la filosofia de Kant i Hobbes (José Luis Pardo).
Hobbes-Kant |
Por muy evidente que sea que los hombres desde la antigüedad tuvieron que
hacer cálculos para construir viviendas, labrar los campos, racionalizar sus
intercambios o señalar las lindes de las propiedades, el nacimiento de la
matemática como ciencia (es decir, la
mentada universalidad y necesidad de sus leyes) no puede explicarse como un “paso
gradual” desde ese estatuto meramente empírico hasta el rango científico, sino
que la aparición de demostraciones
matemáticas sólo puede producirse mediante una “revolución” o un giro (Khere) radical, aunque Kant se lamenta de que “la historia de
esa revolución del pensamiento, mucho más importante que el descubrimiento del
camino para doblar el célebre cabo, y la del afortunado que la llevó a término,
no nos haya sido conservada” (Crítica de
la razón pura). La simple secuencia de hechos históricos no habría dado
lugar a la ruptura moderna.
Para que el Estado de derecho llegase a ser posible tuvo que producirse una
Khere, una “revolución del
pensamiento” que pocos han expresado con mayor contundencia que Nietzsche
cuando hablaba de una violenta fundación del Estado a manos de ciertos
depredadores de cabellos rubios que hacen política a martillazos, dando así
testimonio de que el Estado es cualquier cosa menos un producto espontáneo de
la naturaleza: “aquella modificación no fue ni gradual ni voluntaria, y no se
presentó como un crecimiento orgánico en el interior de nuevas condiciones,
sino como una ruptura, un salto, una coacción”. De la misma manera que Hobbes, Nietzsche estaba declarando que existe una diferencia de naturaleza
entre la guerra y la paz, y que por tanto no es posible pasar “gradualmente” de
la una a la otra (Genealogía de la moral,
tratado segundo, §11).
Aunque a Hobbes se le acusa a
menudo de practicar el “mecanicismo social”, nada en verdad menos mecánico ni
más sobrenatural que este prodigio en virtud del cual la suma de fuerzas
centrífugas de la multitud precivil se convierte en la unidad política del
cuerpo civil de un Estado. Puestos a hablar de “estado de excepción” o de “decisión
soberana”, tendríamos aquí una perfecta ilustración de algo –el estado civil-
que se constituye como una genuina “excepción”, que carece de precedentes en la
naturaleza y que no puede ser “deducido” de ella. Por eso Hobbes declara nulo de pleno derecho cualquier orden jurídico-moral
anterior al pacto (…) Por tanto, no es del todo cierto que Hobbes conciba la “legislación civil” a imagen y semejanza de las
leyes de la naturaleza, porque Hobbes
previamente ha dibujado una “naturaleza” (la del “estado de naturaleza”) que ya
no es la de los físicos.
Política sin amigos
José Luis Pardo, Estudios
del malestar. Políticas de la autenticidad en las sociedades contemporáneas,
Anagrama, Barcelona 2016
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