Allò privat pressuposa allò públic.
Aunque el pacto social no sea una realidad histórica empíricamente
constatable, el legislador que quiera atenerse a la nueva legitimidad política
está efectivamente obligado a dictar leyes “como si éstas pudieran haber emanado de la voluntad unida de todo un pueblo, y a
considerar a cada súbdito, en la medida que quiera ser ciudadano, como si
hubiera expresado con su voto su acuerdo con una voluntad tal. Pues ahí se
halla la piedra de toque de la legitimidad de toda ley pública”.
O, dicho de una forma más clara, el
pacto social está presupuesto en toda ley pública y en toda acción política,
pues ahora tal acción sólo será legítima por su conformidad con la ley.
El contrato civil no es un hecho histórico, sino el presupuesto inevitable
de ese hecho histórico que es el Estado de derecho: el que alguien pueda
considerarse no ya poseedor de hecho de alguna cosa, sino propietario legítimo
de derecho, un asunto privado, depende del derecho público, esto es, la privacidad presupone el pacto social. Nadie
lo ha “puesto” fácticamente, pero cualquier acción pública fáctica lo presupone
de derecho. Esto significa que sólo hay privacidad (en el sentido moderno de “vida
privada”) después de la firma del pacto
social. Lo privado presupone lo público,
y lo público presupone el pacto social como su fundamento de derecho.
El ámbito de lo público se
define, pues, por la existencia del Estado moderno, que delimita el terreno de
lo político mediante el derecho.
Y así como en el “estado de naturaleza” hay “demasiados amigos” (y
demasiados enemigos) como para que pueda funcionar la definición de política de
Schmitt, en el “estado civil” no hay
en principio amigos ni enemigos. Los firmantes del pacto social no son, en
cuanto tales, ni parientes, ni correligionarios, ni compatriotas, ni aliados ni
camaradas: sólo son “amigos” entre sí en la medida en que son amigos de la ley,
y sólo tienen como “enemigos” a los enemigos de la ley. Y sólo a partir de ese
pacto podrán constituir familias, alianzas, iglesias, ejércitos, empresas y
partidos.
Política sin amigos
José Luis Pardo, Estudios
del malestar. Políticas de la autenticidad en las sociedades contemporáneas,
Anagrama, Barcelona 2016
Comentaris