L'evolució? Només l'Esperit Sant ho sap.
Christoph Schönborn |
¿Ha llegado la hora de que la Iglesia católica se dote de un papa no
europeo? Una docena de nombres sobresalen por encima del resto, pero los
vaticanólogos no descartan una sorpresa. ¿Habrá continuidad, cambiar
para que nada cambie? ¿De nuevo un italiano o hay que seguir la línea
"dinástica" centroeuropea que inició Juan Pablo II? Si es este el caso,
el arzobispo de Viena, Cristoph Schönborn es quizás uno de los
candidatos mejor situados. Es un cardenal joven (68 años), con un
extraordinario nivel cultural y sería sin duda alguna un claro sucesor
intelectual y teológico del papa Ratzinger, en cuya elección como sumo
pontífice los expertos consideran que Schönborn jugó un papel clave.
Schönborn ha sido todos estos años su alumno, amigo, cómplice e hijo
"espiritual". Tampoco hay que olvidar que el cardenal austríaco
pertenece a una casa soberana europea, la Casa de Schönborn, y esas
cosas también cuentan en la Iglesia cuando se deben establecer
jerarquías... Basta recordar que su nombre completo es: Christoph Maria
Michael Hugo Damian Peter Adalbert Schönborn, conde de
Schönborn-Wiesentheid.
En las muchas biografías que han circulado por los medios de
comunicación de todo el mundo en el momento de hacer hipótesis sobre
cuál será el próximo papa, lo que no se ha destacado es la defensa del
creacionismo (versión diseño inteligente) que hizo Christoph Schönborn
en un polémico artículo que publicó en The New York Times el 7 de julio de 2005: "Finding Design in Nature".
Polémico no por su defensa del diseño inteligente, pues no hay duda de
que en el cónclave de 115 cardenales, la mayoría lo deben ser, pues el
Dios creador de todas las cosas y la interpretación literal de la Biblia
es consustancial a unos padres de la Iglesia en su mayoría anclados
todavía en muchas cosas en la Edad Media. Polémico porque Schönborn se
enfrentó públicamente a Juan Pablo II, quien años antes, el 22 de
octubre de 1996 en un mensaje a los miembros de la Academia Pontificia de las Ciencias
había dejado sentado: "Hoy, casi medio siglo después de la publicación
de la encíclica Humani generis, nuevos conocimientos llevan a pensar que
la teoría de la evolución es más que una hipótesis. En efecto, es
notable que esta teoría se haya impuesto paulatinamente al espíritu de
los investigadores, a causa de una serie de descubrimientos hechos en
diversas disciplinas del saber. La convergencia, de ningún modo buscada o
provocada, de los resultados de trabajos realizados independientemente
unos de otros, constituye de suyo un argumento significativo en favor de
esta teoría".
Christoph Schönborn no admitía interpretaciones en su artículo: "La
evolución en el sentido de un ancestro común puede ser cierto, pero la
evolución en el sentido neo-darwinista -un proceso sin guía, no
planificado de variación aleatoria y selección natural- no lo es.
Cualquier sistema de pensamiento que niegue o intente explicar la
abrumadora evidencia de diseño en la biología es ideología, no ciencia".
El posicionamiento público de Schönborn abrió en su momento una seria
controversia y no sólo entre ciencia y religión sino incluso en el
propio seno del mundo religioso católico como la significativa réplica del entonces director del Observatorio del Vaticano, el jesuita y astrónomo George Coyne, entre otras.
Si Christoph Schönborn llega a ser papa, será interesante ver si
inicia un proceso ideológico contra la teoría de la evolución. En ese
caso quizás la Iglesia católica tarde otros 359 años, 4 meses y 9 días
en reconocer su dogmático error, como hizo en el caso Galileo.
Vladimir de Semir, Creacionistas en el cónclave, El Hiffington Post, 10/03/2013
Comentaris