El "Juntos" de Sennet.
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Pues en efecto, Juntos y Solos pertenecen a un género literario muy
diferente. El de Putnam era un análisis exhaustivo con profusión de
datos empíricos y estadísticos sobre el progresivo retroceso de la
propensión estadounidense a cooperar y asociarse durante las últimas
generaciones. Mientras que el de Sennett es un ensayo literario
explícitamente situado bajo la advocación de Montaigne (a quien dedica
como elegante corolario sus páginas de cierre), compuesto como aparente
mosaico de observaciones miniaturistas sobre diversas interacciones
humanas en los más variados contextos laborales, económicos, religiosos,
culturales y políticos, muchos de ellos procedentes de la propia
experiencia biográfica de su autor. A título de ejemplo cabe destacar la
minuciosa reconstrucción de los ensayos profesionales vividos por
Richard Sennett como instrumentista (violonchelo) y director de música
de cámara. Una experiencia de la que deduce su opción de preferir el
diálogo entre diferentes del consenso entre semejantes.
Los embajadores |
Pero el contenido de Juntos apunta al mismo objeto que el Solos de
Putnam, que es el de tratar de reconstruir la “evolución de la
cooperación” (célebre título de Axelrod al que Sennett también cita
elogiosamente aunque sin entrar nunca en las implicaciones de su
análisis), entendida dicha evolución como la senda histórica de ascenso y
caída de la capacidad humana de coordinarse para cooperar o competir.
Pero si Putnam reduce su lapso de análisis al siglo XX estadounidense
para concentrarse en su segunda mitad, Sennett lo extiende desde el
Renacimiento y la Reforma protestante hasta la actualidad. Para ello
divide su obra en tres partes. La primera narra el ascenso del arte de
cooperar que se produjo con el surgimiento y desarrollo de la
modernidad, ilustrada con ejemplos extraídos tanto de su propia obra
(como su célebre libro sobre el espacio público: Carne y piedra) como de
otros autores, destacando el Norbert Elias de El proceso de la
civilización. Un ascenso de la civilidad cooperativa que resume y
simboliza con una célebre pintura a modo de metáfora genial: Los
embajadores (1533) de Hans Holbein el Joven, en cuya iconografía se
entrelazan la diplomacia, el comercio, la artesanía y los instrumentos
de precisión como principales arenas de juego de la cooperación. También
se incluye en esta primera parte el influjo de la Reforma, que
reconstruyó el comunitarismo religioso de base contra la
espectacularización jerárquica del catolicismo, y la doble lógica del
asociacionismo obrero surgido desde abajo (en las casas del pueblo) y
desde arriba (en la lucha política) tras la revolución industrial.
En cambio, la segunda parte describe cómo el actual capitalismo
financiero y consumista está destruyendo el arte de cooperar para
precipitar a todos entre la depredación y el retraimiento. Aquí
reintroduce mucho material análogo al que ya aparecía en su primera obra
maestra de 1977, El declive del hombre público (Anagrama, 2011), y en
el libro que le haría famoso, La corrosión del carácter (Anagrama,
2000), así como en su secuela, La cultura del nuevo capitalismo
(Anagrama, 2006). Finalmente, en la tercera parte se ofrece una caja de
herramientas utilizables para reconstruir la capacidad de cooperación,
en un intento que cabría considerar decepcionante y quizá fallido a la
espera de que lo desarrolle mejor en su próximo libro.
Pese a recurrir al análisis freudiano del narcisismo para fundar
su crítica al retraimiento contemporáneo, lo cierto es que Sennett cae
de bruces en él, dado su excesivo protagonismo que rebrota por todo el
libro. De ahí que no sorprenda la llamativa ausencia de autores
fundamentales para el análisis de la cooperación, como son Mancur Olson o
Mary Douglas, y sobre todo Randall Collins para los rituales de
interacción. De haberlos utilizado hubiera ganado mucho la profundidad
de su reflexión, que solo destaca cuando analiza lo que llama el
triángulo social (autoridad respetada, compañerismo confiado y
complicidad crítica) y las cinco modalidades de interacción (altruismo,
solidaridad, reciprocidad, parasitismo y depredación). En suma, una obra
que brilla a gran altura por su poderoso estilo ensayístico.
Enrique Gil Calvo, Artesanía de la sociabilidad, Babelia. El País, 23/03/2013
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