Entrebancs a l´autenticitat.

Hay varios factores que pueden dificultar el desarrollo de la autenticidad personal. Estos incluyen el condicionamiento anterior, el miedo al rechazo y al fracaso, presiones sociales para adaptarse y por lo tanto vivir de forma no auténtica, y la falta de comprensión del concepto de autenticidad. Otras razones para no ser auténtico incluyen el deseo de evitar conflictos con los otros, incluyendo hacer daño a los demás o que le hagan daño a uno, así como evitar admitir los propios defectos. En algunas situaciones, la necesidad de colaboración constructiva con los demás puede requerir algo de adaptación y, por lo tanto, dificultar la autenticidad. En esos casos, los individuos intentan mostrar su mejor cara y expresar lo que se espera de ellos, para ser percibidos de forma favorable. En gran medida, todos esos factores impulsan y limitan los pensamientos, percepciones, sentimientos y elecciones diarias de cada uno.

A pesar de las ilimitadas posibilidades que se abren a los humanos durante sus vidas, las opciones prácticas disponibles para cada uno están limitadas por varias circunstancias relacionadas con su ambiente, cultura, educación, capacidades, genética o simplemente el estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. Durante toda nuestra vida se nos programa para adaptarnos a nuestro ambiente, sociedad y cultura, así que en gran medida nuestro ambiente de hecho define quiénes somos. Se nos dice que esa adaptación es esencial para la cohesión social y para impulsar un sentimiento de comunidad. Esas presiones sociales inhiben el volverse auténtico, ya que de rechazarlas se puede acabar en el aislamiento social. El proceso de examinarse a uno mismo puede ser también desafiante y agotador, ya que puede poner al descubierto algunas características personales indeseables que requieran cambios.

Durante la mayor parte del tiempo en que es consciente, la mente humana se preocupa de la vida diaria. Está en conflicto perpetuo debido al recuerdo de sucesos dolorosos, al miedo, a la soledad, a la lucha por la comodidad y la seguridad, a los esfuerzos fútiles, las ilusiones y las decepciones. Es difícil ser consciente de la propia autenticidad y perseguirla durante periodos largos de tiempo; siempre hay distracciones y obstáculos. La lucha por la supervivencia suele tener prioridad sobre otras metas para la mayoría de gente durante la mayor parte del tiempo. A lo largo de la vida, muchos sucesos y circunstancias escapan a nuestro control. En la mayoría de casos, lo mejor que uno puede hacer es escoger una respuesta apropiada. Esa elección puede que indique al fin y al cabo hasta dónde llega la propia autenticidad.

Es importante pensar sobre algunos aspectos de la naturaleza humana que pueden dificultar la búsqueda de la autenticidad personal. Los rasgos humanos más preocupantes incluyen el auto-engaño, el asumir que las cosas saldrán bien y varios sesgos cognitivos. Eso se complica aún más a causa de la tendencia de la mente humana a construir su propia realidad ilusoria. Otro concepto relevante a la autenticidad personal es el de racionalidad acotada, que se refiere a las elecciones racionales hechas en la presencia de limitaciones en el tiempo, en el conocimiento y en la capacidad cognitiva. Este concepto señala que las decisiones enteramente racionales no son siempre posibles, debido a las limitadas habilidades humanas a la hora de analizar problemas complejos.

Los límites de la percepción humana, el pensamiento y el conocimiento de uno mismo son unas de las principales barreras a la autenticidad personal. La realidad humana está basada en percepciones, sistemas de creencias, conocimiento, ideas preconcebidas, experiencias y sentimientos. Los límites impuestos a nuestros sentidos y conocimiento permiten la percepción de solo una pequeña porción de la realidad; y, como todos esos atributos son diferentes para cada uno, la realidad es también diferente para cada persona. Uno puede que nunca llegue al conocimiento completo de uno mismo, que es constantemente definido y refinado a base de nueva comprensión, enmarcada en el mundo exterior e influida por sus requerimientos. En este contexto, ligarse demasiado a una imagen rígida de uno mismo inhibe el continuo refinamiento del conocimiento del yo.

La existencia humana está limitada a un pequeño conjunto de posibilidades. Somos incapaces de saber cuánto abarca nuestra ignorancia o cuánto queda por entender o descubrir. Superpuestos a esto hay diferentes límites a la comprensión del universo y el hecho de que, en términos específicos, no sabemos lo que no sabemos, y que nuestro conocimiento y razonamientos son siempre parciales. Eso implica el dilema de cómo reconciliarnos con la presencia de un problema perpetuo al intentar abarcar el todo con nuestras limitaciones y comprensión parcial que parecen determinar nuestra percepción instantánea del universo y de nosotros mismos.

Las percepciones e interpretaciones objetivas son inalcanzables. La comunicación auténtica es contingente a la capacidad del individuo para reconocer lo que es verdadero para él mismo, y en la adecuación del lenguaje para expresar sus verdaderos pensamientos, opiniones y sentimientos. En este contexto, es importante recordar que hay límites inherentes al lenguaje, la interpretación y la expresión, que básicamente constriñen las relaciones auténticas con los otros. Así pues, en muchas comunicaciones personales no está siempre claro si la autenticidad, o la falta de ella, está relacionada con las circunstancias, con el uso adecuado o inadecuado del lenguaje, el tema, o los participantes y sus percepciones e interpretaciones. Eso se complica aún más con la posibilidad de que el lenguaje pueda influir en los pensamientos y afectar a la percepción.

La autenticidad completa no es sostenible en presencia de las varias necesidades y requerimientos de adaptación al mundo externo, así como de necesidades y condiciones internas. Así pues, aunque algunos estados auténticos se pueden alcanzar, los estados típicos estarán en un amplio espectro entre la completa autenticidad y la completa falta de ella. Una forma práctica de acercarse a los estados auténticos es tal vez evitar progresivamente la falta de autenticidad tanto como se pueda.

En general, cualquier cosa organizada por humanos, incluyendo religiones, organizaciones políticas y gubernamentales y corporaciones contiene defectos inherentes al género humano y es casi siempre imperfecta y falta de autenticidad. En esas organizaciones, la autenticidad personal y la comunicación auténtica son difíciles de mantener debido a la necesidad de adaptarse y al miedo al rechazo. El problema crucial para la sociedad es la incapacidad de saber cómo encargarse de forma efectiva de las necesidades fundamentales humanas de poder, estatus, jerarquía y competición, así como de la preocupación universal en todos los aspectos de las interacciones humanas a través del análisis de costes y beneficios. Llegar a ser auténtico es difícil a causa de la necesidad de aprobación y reconocimiento por parte de los otros, que anima a la persona a comportarse según las expectaciones de estos. Eso se combina con el condicionamiento pasado, incluyendo opiniones y creencias, ideas equivocadas, auto-engaños, esperanzas y sueños, dolor y decepciones.

La religión organizada es otra barrera a la autenticidad personal. Aunque la doctrina religiosa no incorpora el concepto de autenticidad, la religión organizada y la autenticidad personal se contradicen flagrantemente. Aquellos que creen en algún dogma, sea religioso o empírico, no pueden lograr la autenticidad, porque nuestro conocimiento y comprensión de nosotros mismos, nuestra sociedad y el universo están cambiando y aumentando constantemente, lo que inevitablemente contradice esos dogmas. Las formas de pensar y discursos religiosos, basados en textos llenos de ambigüedades y mitos, limitan la libertad para plantearse preguntas y, por lo tanto, inhiben la autenticidad. La práctica y deliberación religiosas no alientan las elecciones individuales. Al individuo se le dice lo que tiene que hacer; no lo descubre por él mismo desde su interior.

La moralidad, impuesta desde el exterior a través de estrechas doctrinas y creencias religiosas, es recibida pasivamente a través de enseñanzas dogmáticas y recapitulación de viejos textos, y por lo tanto puede no ser suficientemente compatible con nueva comprensión y conocimiento. Como la doctrina religiosa exige constantemente que los humanos se ajusten a una estructura fija y que obedezcan a la autoridad religiosa, impide cualquier planteamiento abierto sobre la moral y la autenticidad personal.

La paradoja fundamental de la moralidad y autenticidad religiosa es que ser moral y hacer el bien como actos de obediencia, con una recompensa después de la muerte, no constituyen una auténtica moralidad, sino una respuesta al miedo a la condenación; se trata solo de castigo y recompensa. Así pues, la motivación en este caso es solo el interés propio, lo que en principio debería descalificar a esa persona para recibir el premio de la paz eterna en un paraíso que está preparado para gente auténticamente recta. La moralidad no es auténtica cuando se basa en el miedo al castigo y la obediencia a los mandamientos divinos a la espera de una recompensa, sino cuando surge de la libre elección y del sentido de la responsabilidad.

El futuro de la inteligencia y el auto-conocimiento humanos está ligado a las tecnologías emergentes para mejorar a la especie humana. Estas incluyen mejoras cognitivas y de memoria. Los problemas ligados a esto están relacionados con la naturaleza e identidad humanas, la naturaleza de la sociedad, el sentido de la existencia y los límites y consideraciones éticas asociados a la mejora de los humanos. La unión de los humanos y las máquinas puede que requiera una nueva definición de lo que es un ser humano. La frontera menguante entre humanos y máquinas y la correspondiente formación de una nueva identidad generarán más cuestiones en el contexto de las implicaciones filosóficas, políticas, sociales y culturales, incluyendo las relacionadas con el conocimiento de uno mismo y la autenticidad personal. Más adelante en el futuro podría haber una tecnología lo suficientemente avanzada para permitir el acceso a pensamientos. Eso puede tener como resultado una pérdida de privacidad e individualismo y, por lo tanto, una pérdida de autenticidad.

Conclusió: La autenticidad humana o personal es difícil de definir, obtener o medir. Está relacionada con una mezcla intrincada de elementos que conforman la personalidad humana y la vida. La búsqueda de la autenticidad personal se ve dificultada por varias barreras, como la inmersión en un mundo externo que requiere adaptación y compromisos, así como por la presencia de ilusiones y sesgos y de límites del lenguaje y del conocimiento de uno mismo. Un cierto grado de autenticidad personal se puede revelar en situaciones específicas y puede evolucionar, pero nunca se puede obtener del todo, porque nuestra comprensión de nosotros mismos y del mundo cambia constantemente y nunca está completa. El proceso de obtener la autenticidad personal involucra episodios de comprensión parcial, interrumpidos por periodos de existencia no auténtica, seguidos por una lucha para recuperar la autenticidad.

B. G. Yacobi, Elementos de la Autenticidad Humana, Philosophy to go, 04/01/2010
http://www.philosophytogo.org/wordpress/?p=1947&lang=es

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