No només de neurones viu el cervell.
La historia la cuentan los vencedores y, en el caso de nuestras capacidades cognitivas, los vencedores son las neuronas. Nuestra visión de los procesos cognitivos es extremadamente cerebro-céntrica y neuro-céntrica, y llevamos ya un par de siglos echando todos los méritos (y todas las culpas) a las neuronas. No cabe duda de que, siendo las unidades que trasmiten las informaciones, su papel sea importante y determinante en nuestro sistema cognitivo. Pero tendremos que preguntarnos si de verdad todo se limita a una computadora hecha de cables nerviosos. Más allá del cerebro, ya nos estamos percatando de que el cuerpotiene un papel esencial en nuestra cognición, y que, además, nuestras capacidades mentales dependen sensiblemente de todas aquellas «próstesis extraneurales» que llamamos tecnología. Pero, aunque nos quedemos dentro del cerebro mismo, tenemos que reconocer que el paquete no contiene solo neuronas. Por ejemplo está la glía, todas aquellas células que hace tiempo se pensaba que estaban solo «de relleno», y que hoy sabemos que están involucradas en roles de protección, suministro energético e, incluso, de regulación de las neuronas en procesos cognitivos específicos. En un cerebro adulto las células de la glía son tantas como las neuronas (y en algunos distritos muchas más), y todavía desconocemos gran parte de sus funciones. La albóndiga cerebral está además metida en un medio líquido, el líquido cefalorraquídeo, que es otro elemento del cual ignoramos todavía roles y labores. Aunque a nivel de anatomía general mucho se ha estudiado sobre la geometría del cerebro, el cerebro ni siquiera tiene realmente «forma». Se mantiene en su espacio porque, como una tienda de campaña, está colgado del cráneo por las meninges, tejidos conectivos que lo protegen y lo anclan a los huesos, sujetándolo. Pero sobre todo mantiene su tamaño y sus volúmenes gracias a la presión interna que ejerce la sangre, auténtica alma de su estructura y de sus funciones.
Emiliano Bruner, Sangre de mi sangre, Antropológica Mente. Blogs de Investigación y Ciencia 23/01/2018
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