La desigualtat d'oportunitats és estructural.
La desigualdad de oportunidades se está convirtiendo en estructural no solo en la crisis sino también en la recuperación, de tal manera que los beneficios del crecimiento van a parar a las manos de quienes ya viven holgadamente; éstos multiplican sus oportunidades de acceso a servicios, educación y formación, herramientas y canales de elusión fiscal, y acumulación de los espacios económicos y políticos. El bienestar de los jóvenes depende cada vez más de la renta y la riqueza de sus antecesores que de sus propios esfuerzos. Peligroso, dice la historia.
Joaquín Estefanía, ¡Son el 1%!, El País 22/01/2018
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