La religió i la llibertat sexual.
Inquisición no hay, pero sí confusión extrema. El
obispo Reig presenta una doble cara de la homosexualidad. Son degenerados,
predicó el Viernes Santo. Son enfermos, matiza ahora. Es prueba de lo perdida
que está la jerarquía en materia de sexo. La ciencia hace décadas que les tiene
fuera de tiesto. Quizás dentro de cien años un papa pida perdón, como hizo Juan
Pablo II noventa veces a otras víctimas de la barbarie religiosa. Al principio,
Roma rechaza cualquier idea de progreso con excomuniones e, incluso, con la
hoguera. Luego, con el tiempo, casi siempre mucho tiempo, acaba aceptando lo
que antes condenó. Por mucho que se empeñen, la Tierra sigue siendo redonda.
¡Galileo, Galileo!
Lo malo es que las prédicas episcopales excitan
la violencia sobre un colectivo que, pese a estar saliendo del armario (como
suele decirse) con cierto regocijo, sigue corriendo peligro en muchas partes
del mundo. La misma semana de la homilía de Reig, Vargas Llosa relataba en EL PAÍS el caso de un joven apaleado hasta
la muerte, con horribles tormentos, por su condición homosexual. Sucedió en
Chile.
¿Podría ocurrir en España? Hasta la muerte de
Franco, los homosexuales sufrieron cárcel y persecuciones. Hubo muertes, y
muchos exilios. Permanecen los deslenguados y las exageraciones cada vez que
surge una polémica como la actual. Cuando se legalizó el matrimonio entre
personas del mismo sexo, el portavoz episcopal, Martínez Camino, proclamó que
era lo peor ocurrido a su iglesia en 2.000 años.
No está España libre de homófobos violentos, ni
habrá una conciencia neutral ante el movimiento gay mientras los obispos sigan
ostentando poder (decreciente, pero ostensible). La homofobia se contagia. Un
notorio alcalde de Madrid durante la dictadura tiene ahora una calle a su
nombre pese a saberse que promovió el linchamiento, hasta darlo por muerto, del
famoso cantante Miguel de Molina. El matón se llamaba José Finat y Escrivá de
Romaní, conde de Mayalde. La avenida a su nombre está en el barrio de
Sanchinarro, de reciente construcción.
Juan G.
Bedoya, ¿Es que ha vuelto la
Inguisición?, El País, 26/04/2012
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/04/25/vidayartes/1335381389_089940.html
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