Economia, ètica i política.
El único objetivo real de una empresa es proporcionar beneficios a sus accionistas. Todo lo demás se supedita a eso, que no nos vengan con otros cuentos.
¡Pero tampoco el mercado puede suplir al Estado! No debe quedarse solo: el mercado es eficaz para crear riqueza, pero ineficaz para impartir justicia. El Estado es ineficaz para crear riqueza, pero eficaz para impartir justicia: conviene que exista para proteger a los más débiles.
Si la ética produjese beneficio, ya no habría necesidad de trabajar, ni de empresas, ni de capitalismo. Los sentimientos bastarían. Y si la economía fuera moral, no habría necesidad ni de Estado ni de virtud, y el mercado bastaría. Pero la economía no es más moral de lo que la moral es rentable. Por eso necesitamos a ambas. Y como ni una ni otra bastan, necesitamos la política.
André Comte-Sponeville, "El capitalismo no es inmoral: es amoral", entrevista de Víctor-M. Amela, La Vanguardia, 10/04/2005
Comentaris
Moltes felicitats, Manel!