Conseqüències del tecnoliberalisme.




Citemos algunos —entre muchos otros— de los efectos perniciosos que provoca este tecnoliberalismo, apóstol de una revolución perpetua. Sofisticados procedimientos de evasión fiscal; mano de obra obligada a someterse al incierto régimen de trabajadores autónomos, sujeta a una presión permanente, a una humillante evaluación por parte de los usuarios. O también el surgimiento de un nuevo tipo de clase salarial en los almacenes logísticos, donde se ve a los almacenistas equipados con auriculares de audio o tabletas digitales que les indican en todo momento las acciones correctas que deben realizar, a través de sistemas de inteligencia artificial que los obligan a cadencias infernales, reduciéndolos a robots de carne y hueso.

En realidad, más allá de las meras consecuencias sociales, se trata de un modelo de civilización que se está instaurando a gran velocidad: el de una creciente automatización de los asuntos humanos. Hasta el punto de que la firma Uber se plantea, a la larga, sustituir a los conductores por vehículos autónomos, o Amazon entregar los productos por medio de drones. Porque en esta ideología que aspira a la eficiencia suprema en todas las cosas, el ser humano se considera en última instancia supernumerario o básicamente deficiente. Por un lado, en los procesos de producción se le ve de hecho como un simple engranaje inconstante llamado, como tal, a ser impulsado de ahora en adelante por algoritmos y pronto a desaparecer. Por otro lado, en la vida cotidiana, las tecnologías nos permiten actualmente considerarnos como individuos cuyos comportamientos deben ser continuamente analizados y orientados con fines comerciales o para la optimización extrema del funcionamiento de la sociedad.

Ha llegado el momento de comprender hasta qué punto, desde hace dos décadas, un puñado de miles de personas se dedica a administrar de cabo a rabo el curso de nuestras existencias individuales y colectivas con el único propósito de satisfacer sus intereses particulares y con una visión estrictamente utilitaria del mundo.

Por eso nos corresponde a cada uno de nosotros, y en todos los niveles de la sociedad, extraer lecciones de estas desviaciones y expresar, con hechos, nuestra capacidad de influir en el curso de las cosas, así como nuestras aspiraciones a instaurar modos comunes de existencia y de organización basados en principios y valores completamente diferentes. Se trata de un importante imperativo moral y político de nuestro tiempo.

Éric Sadin, 'Uber Files' y el credo 'colaborativo', El País 24/07/2023

https://elpais.com/ideas/2022-07-24/uber-files-y-el-credo-colaborativo.html

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