Imatges que són models (Byung-Chul Han).
Síndrome de París |
Hoy las imágenes no son solo copias, sino también modelos. Huimos hacia las
imágenes para ser mejores, más bellos, más vivos. Sin duda no solo nos servimos
de la técnica, sino también de las imágenes para llevar adelante la evolución.
¿Podría ser que la evolución descansara en una imaginación, que la imaginación
fuera constitutiva para la evolución? El medio digital consuma aquella
inversión icónica que hace aparecer las imágenes más vivas, más bellas, mejores
que la realidad, percibida como defectuosa … (Huida a la imagen, 21)
Las imágenes, que representan una realidad optimizada en cuanto
reproducciones, aniquilan precisamente el originario valor icónico de la
imagen. Son hechas rehenes por parte de lo real. Por eso hoy, a pesar de, o
precisamente por el diluvio de imágenes, somos iconoclastas. Las imágenes
hechas consumibles destruyen la especial semántica y poética de la imagen, que
no es más que mera copia de lo real. Las imágenes son domesticadas en cuanto se
hacen consumibles. Esta domesticación de
las imágenes hace desaparecer su locura.
Así son privadas de su verdad. (Huida
a la imagen, 21)
El llamado síndrome de París
designa una aguda perturbación psíquica que afecta sobre todo a los turistas de
Japón. Los afectados sufren de alucinaciones, desrealización,
despersonalización, angustia y síntomas psicosomáticos como mareo, sudor o
sobresalto cardíaco. Lo que dispara todo esto es la fuerte diferencia entre la
imagen ideal de París, que los japoneses tienen antes del viaje, y la realidad
de la ciudad, que se desvía completamente de la imagen ideal. Se puede suponer
que la inclinación coactiva, casi histérica, de los turistas japoneses a hacer
fotos, representa una reacción inconsciente de protección que tiende a
desterrar la terrible realidad mediante imágenes. Las fotos bonitas como
imágenes ideales blindan a estos turistas frente a la sucia realidad. (Huida a la imagen, 21)
Byung-Chul Han, En el
enjambre, Herder, Barna 2014
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