Biografia i patologia.
Freud |
Al final del siglo XIX, se pensaba que una alteración estructural cerebral
explicaría la patología mental. Esta idea fue espoleada por los hallazgos de
Broca, que parecieron atribuir un determinado “lugar” en el cerebro al lenguaje.
Sin embargo, la búsqueda de ese foco cerebral de enfermedad mental fue
infructuosa en las autopsias de los pacientes psiquiátricos, por lo que una
corriente de pensamiento le fue atribuyendo una génesis psicológica desde
Heinroth. Esta corriente culmina con Sigmund Freud que, tras un inicio orientado
hacia lo que podíamos llamar neurociencia teórica, imprime el giro hacia lo
psicológico que hace su obra singular.
La premisa fundamental del
pensamiento freudiano es la relación entre acontecimientos biográficos
individuales muy anteriores (infantiles) y los síntomas actuales de los
pacientes. Esos acontecimientos interferirían en el desarrollo del aparato
psíquico hipotetizado por Freud. La causalidad de la enfermedad mental en la
obra freudiana se atribuye así ampliamente a la biografía, deduciéndose que su
re-elaboración verbal haría desaparecer los síntomas. Con esta idea, Freud hizo
aportaciones de indudable interés clínico, como la de los mecanismos de defensa,
cuya verbalización permite a ciertos pacientes controlar mejor su propia
conducta. Sin embargo, la validez del pensamiento psicoanalítico como teoría
explicativa es cuestionable al basarse en inferencias más que en observaciones
científicas, siendo obvio en esas condiciones cómo las ideas previas del
observador pueden deformar la observación.
Pese a ello, algunos aspectos
de la teoría psicoanalítica se ven respaldados por hallazgos neurocientíficos
recientes. Una biografía muy desfavorable en etapas tempranas puede influir
negativamente en el desarrollo cerebral. Los ejemplos abundan incluso en la
experimentación animal. Sabemos así que los macacos que han sufrido en su
infancia una conducta impredecible por parte de su madre tienen una respuesta
hormonal al estrés (el factor liberador de corticotropina, o CRF) muy superior a
los que han recibido poca o mucha atención, pero de modo previsible. El exceso
de corticosteroides así liberado por el CRF, es dañino para el cerebro. Dado que
el estrés es una experiencia universal, a partir de ese hallazgo vislumbramos un
aspecto de la interacción entre experiencia y patología mental. Este exceso de
liberación de corticoides está por ejemplo presente en los que sufren depresión
y, sobre todo, estrés postraumático, un grave síndrome que se produce en
respuesta a la exposición a una situación amenazante para la vida. Los
acontecimientos desfavorables tempranos sostenidos pueden así tener un papel
dañino en el desarrollo cerebral y predisponer a determinadas alteraciones
mentales.
Hay que considerar también cómo características genéticamente
condicionadas de la personalidad interactúan con distintos entornos sociales a
la hora de generar “patología”, lo que puede refinar el concepto freudiano de
“super yo” desde el punto de vista científico. La aceptación social de rasgos
más impulsivos puede ser menos desadaptativa en otras culturas que en la
nuestra, lo que puede relacionarse con la distinta frecuencia de ciertos
trastornos de la personalidad entre culturas diferentes. Así, el trastorno
límite, caracterizado por intensa emocionalidad e impulsividad, es muy poco
frecuente en la población emigrante a nuestro país. Las demandas para la
adaptación y el éxito en Occidente interactuando con una personalidad
genéticamente predispuesta pueden determinar la aparición de una “patología”
sobre un sustrato que, en condiciones de vida más primitivas (las que hemos
tenido durante casi toda nuestra historia como especie) pueden ser factores de
éxito. Hoy vemos la relación entre biografía y patología de modo más complejo,
porque vamos comprendiendo la participación del cerebro en ese diálogo. El
cerebro no es neutral en esta interacción, y es además diferente entre sujetos,
de modo que no todos sufrimos por igual las consecuencias de los
acontecimientos.
Comentaré algunos ejemplos en relación a este tema. El
concepto clave actual en la génesis de la patología mental es la vulnerabilidad.
Ciertos sujetos están predispuestos a desarrollar determinada patología mental
en relación con una cierta variante genética que poseen. Llamamos polimorfismos
genéticos a estas variantes, pequeños cambios en un determinado gen que
condicionan variaciones no patológicas en su función. Esta variación puede
condicionar una respuesta patológica a determinadas circunstancia, aunque no de
modo inevitable. Por ejemplo, las personas que poseen una determinada variante
del gen de la proteína que transporta la serotonina (molécula clave en las
depresiones y en sus tratamientos) tienen un riesgo superior a desarrollar
cuadros depresivos tras sufrir acontecimientos vitales desfavorables. El mismo
evento, pues, condiciona o no la aparición de la patología mental según la carga
genética del paciente, lo que contradice el papel central de la biografía en la
teoría psicoanalítica. En la misma línea, sabemos que muchos trastornos
psiquiátricos son altamente heredables, de tal modo que las personas con más
cercanía genética tienen más posibilidades de sufrir la misma enfermedad,
independientemente de su experiencia biográfica. Esto no significa en absoluto
que los familiares de un paciente tengan muchas posibilidades (en términos
absolutos) de serlo, pero sí apoya que la experiencia psicológica tiene un papel
más limitado en la patología mental que el atribuido por el psicoanálisis. Los
acontecimientos desfavorables pueden además no ser biográficos en el sentido
psicoanalítico. Sabemos por ejemplo que la esquizofrenia, presente en todas las
culturas y entornos, tiene una incidencia más alta en entornos urbanos, lo que
se ha relacionado a partir de otras líneas de evidencia con la exposición a
factores infecciosos. También en el caso de la esquizofrenia hay polimorfismos
genéticos que modifican el desarrollo cerebral con el riesgo de padecerla, que
interactúan con la influencia del entorno en sentido amplio. Por ejemplo,
ciertos factores genéticos elevan riesgo para esa enfermedad en la edad adulta
en función del consumo de cannabis en la adolescencia. Vemos así cómo
interactúan acontecimientos ambientales y factores genético-cerebrales. Por
tanto, la absoluta prioridad freudiana sobre la biografía como génesis de la
patología mental no se sostiene actualmente. Un modelo de vulnerabilidad que
considere tanto factores endógenos como biográficos es mucho más útil para
explicar la realidad observada. Recientes teorías neurocientíficas, como las
neurodinámicas, tratan de integrar el pensamiento derivado del psicoanálisis con
la complejidad del funcionamiento neural y sus propiedades
emergentes.
Vicente Molina, Biografía y patología mental de Freud al siglo XXI, el cultural.es 20/05/2006 (150 años de Freud)
Freiberg, 1856-Londres,
1939
1856. Nace el 6 de mayo en Freiberg, en la antigua Moravia
(hoy Príbor, Checoslovaquia) en una familia judía de clase
media.
1860. Se trasladan a Viena, donde realiza sus estudios
primarios y secundarios.
1873. Ingresa en la Facultad de Medicina de
la Universidad de Viena.
1876. Comienza a trabajar en el laboratorio
del fisiólogo Ernst von Brücke. Aparecen sus primeras publicaciones y entabla
amistad con el médico vienés Josef Breuer, junto al que establecerá las bases
del psicoanálisis.
1881. Obtiene el título de doctor en
Medicina.
1882. Conoce a Martha Bernays, su futura esposa. Comienza
sus trabajos en el Hospital General de Viena.
1884. Trabaja sobre el
uso terapéutico de la cocaína. Imprudentemente, lo experimenta en su propia
persona.
1885. Viaja a París, donde completa sus estudios. Trabaja a
las órdenes de Jean Martin Charcot en el Hospital de Salpêtrière. Comienza a
interesarse por la mente humana y sus patologías. Con Charcot se inicia en el
estudio de la histeria y en la aplicación de la hipnosis como terapia. Esta
influencia marcará su carrera.
1886. Contrae matrimonio con Martha
Bernays. Tendrán seis hijos.
1891. Escribe su primer libro sobre la
concepción de la afasia, dedicado a Breuer.
1895. Publica Estudios
sobre la histeria, escrito en colaboración con Breuer donde quedan expresados
los primeros años de su experiencia clínica.
1896. Fallece su padre.
Comienza a establecer las líneas básicas de su método analítico basado en la
“libre asociación”. Rompe con Brauer.
1899. Publica (aunque con fecha
de edición de 1900) la que es considerada su obra magna: La interpretación de
los sueños.
1902. Comienza a reunirse la Sociedad Psicoanalista
de Viena.
1904. Publica Psicopatología de la vida cotidiana, un
estudio de las muchas formas de funcionamiento mental imperfecto, tales como los
fallos de memoria y los defectos del habla.
1905. Publica Tres
ensayos sobre la teoría sexual, en los que explica la significación de la
sexualidad infantil.
1906. Varios psiquiatras suizos, encabezados por
Eugen Bleuler y Karl G. Jung se unen a las teorías de Freud.
1908. Se
celebra en Salzburgo el primer Congreso Internacional de Psicoanálisis. Asisten,
por invitación de Karl Gustav Jung, 42 seguidores de Freud, entre ellos Karl
Abraham, Sandor Ferenczi y Ernest Jones.
1910. Se funda en Nuremberg
la Sociedad Internacional de Psicoanálisis presidida por Jung.
1911.
Comienza sus diferencias personales y científicas con Alfred Adler, Wilhelm
Stekel y Jung.
1913. Publica Tótem y tabú. Inspirada en el
evolucionismo de Darwin y el evolucionismo social de Frazer, daba testimonio de
hasta qué punto consideró que la importancia primordial del psicoanálisis, más
allá de su eficacia terapéutica, que siempre juzgó restringida, residía en su
condición de instrumento para investigar los factores determinantes en el
pensamiento y el comportamiento de los hombres. Rompe definitivamente con Jung
por sus diferencias en torno al concepto de “líbido”.
1915. Ven la luz
varios ensayos sobre la teoría de la mente. Gracias a Freud, la psique toma
carta de naturaleza en el siglo XX.
1916. Publica Introducción al
psicoanálisis.
1919. Funda una editorial, donde publicará sus
Obras Completas, cinco periódicos y más de 150 libros.
1922.
Anna Freud y Lou Andreas-Salomé son admitidas como miembros de la Sociedad
Vienesa.
1923. Le diagnostican cáncer de mandíbula. Comienza una larga
enfermedad que no le impide seguir trabajando.
1930. Publica El
malestar en la cultura.
1933. Los nazis queman sus obras en
Berlín.
1936. Se celebra su 80 aniversario y es nombrado miembro
correspondiente de la Real Sociedad Británica.
1937. Muerte de Lou
Andreas-Salomé, que afecta profundamente a Freud.
1938. Invasión de
Austria por los nazis. Freud se resiste a abandonar Viena pero Ernest Jones lo
persuade para que se marche a Inglaterra.
1939. Muere en Londres el 23
de septiembre.
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