Shitstorm i respecte (Byung-Chul Han).
Nombre y respeto están ligados entre sí. El nombre es la base del
reconocimiento, que siempre se produce nominalmente.
Al carácter nominal van unidas prácticas como la responsabilidad, la confianza
o la promesa. La confianza puede definirse como una fe en el nombre. Responsabilidad y promesa son también un acto
nominal. El medio digital, que separa el mensaje del mensajero, la noticia del
emisor, destruye el nombre. (Sin respeto, 8).
La shitstorm (significa,
literalmente, «tormenta de mierda». Se usa en el sentido de «tormenta de indignación
en un medio de internet») es anónima. Ahí está su fuerza. (Sin respeto, 8)
La shitstorm tiene múltiples
causas. Es posible en una cultura de la falta de respeto y la indiscreción. Es,
sobre todo, un fenómeno genuino de la comunicación digital. De este modo se
distingue fundamentalmente de las cartas del lector, que están ligadas al medio
analógico de la escritura y se envían a la prensa con un nombre explícito. Las cartas anónimas de los lectores terminan con
rapidez en las papeleras de las redacciones de los periódicos. Y la carta del
lector está caracterizada también por otra temporalidad. Mientras la
redactamos, de manera laboriosa, a mano o a máquina, la excitación inmediata se
ha evaporado ya. En cambio, la comunicación digital hace posible un transporte
inmediato del afecto. En virtud de su temporalidad, transporta más afectos que
la comunicación analógica. En este aspecto el medio digital es un medio del afecto. (Sin respeto, 8)
La shitstorm guarda relación con
los desplazamientos de la economía del poder en la comunicación política. Crece
en el espacio que está débilmente ocupado por el poder y la autoridad.
Precisamente en jerarquías allanadas es posible atreverse con la shitstorm. El poder como medio de
comunicación se cuida de que esta fluya veloz en una dirección. La selección de
la acción hecha por los detentadores del poder es seguida por los sometidos, en
cierto modo, sin barullo. El barullo
o el ruido es una referencia acústica
a la incipiente descomposición del poder. También la shitstorm es un ruido comunicativo. El carisma como expresión
aurática del poder sería el mejor escudo protector contra shitstorms. (Sin respeto, 8)
Justo allí donde desaparece el respeto surge la shitstorm ruidosa. A una persona de respeto no la cubrimos con
una shitstorm. (Sin respeto, 9)
Las shitstorms no son capaces de
cuestionar las dominantes relaciones de poder. Se precipitan solo sobre
personas particulares, por cuanto las comprometen o las convierten en motivo de
escándalo. (En el enjambre, 12)
Byung-Chul Han, En el
enjambre, Herder, Barna 2014
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