Lloc buit.
Claude Lefort |
Claude Lefort fue quien forjó esta expresión
sugestiva (“lloc buit”) para destacar que no se puede definir la democracia
solamente como el régimen basado en la idea de que el poder no puede ser
acaparado por nadie (a semejanza del poder señorial, concebido como un dominum,
o del poder eclesiástico, definido como un ministerium),
sino que sólo puede resultar de una libre obligación (La autogestión). En efecto, existen dos maneras de efectuar esta
necesaria “desapropiación” (…). La primera consiste en decir que el poder no
puede ser sino el de la comunidad entera de ciudadanos; que es la propiedad
indivisa de un sujeto llamado “el pueblo” o “la nación”. Pero el problema
consiste en que ese sujeto siempre es virtual, que nunca es uno en su
sustancialidad, que siempre está atravesado por la divergencia de los intereses
y de las opiniones. De ahí la imposibilidad de atenerse a tal enfoque, al que
podríamos calificar como positivo, de la apropiación colectiva del poder. Si
bien continúa siendo casi insoslayable, se debe recordar continuamente su
carácter incompleto (lo que se expresa por su reducción al principio
mayoritario en un universo donde el sufragio es estructuralmente dependiente de
la manifestación de los antagonismos políticos). La expresión de la
socialización del poder bajo una forma negativa constituye, pues, la corrección
necesaria de su imposible cumplimiento positivo. A esto corresponde la noción
de poder democrático como designación de un lugar vacío. (142)
Pierre
Rosanvallon, La legitimidad
democrática, Paidós, Madrid 2010
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