El sud com a excusa.
By Max |
Si algún productor está pensando hacer una adaptación española del taquillazo francés Bienvenidos al Norte (como ya hicieron en Italia, cambiando la región francesa por el sur napolitano), ya ha encontrado su historia: en lugar de un funcionario postal francés en traslado forzoso, se trataría esta vez de un político nacionalista catalán que se ve obligado a vivir una temporada en un pequeño pueblo de alguna sierra de Jaén o Córdoba.
El protagonismo, claro, se lo ha ganado el dirigente de CiU Duran Lleida, aunque podrían disputarle el casting otros compañeros de partido, y nacionalistas de otras formaciones, que cada vez que quieren desviar la atención de los suyos disparan siempre en la misma dirección: ese sur parásito y atrasado, que no les deja despegar.
Como en la película francesa, nuestro Duran Lleida se enfrentaría a su peor pesadilla: obligado a vivir una temporada en el culo de España, una región atrasada, por no decir salvaje, con calor africano y moscas por todas partes, donde no entiende nada cuando le hablan (como esos niños que decía Mas, y a los que suponemos descalzos y con los mocos colgando), donde la gente está todo el día dándole a la frasca en la taberna y sólo se levantan para ir a cobrar el PER, y para colmo son todos catalanófobos y querrán tirar al pulcro Duran al pilón nada más llegar.
Exageraciones, sí, como las de la mencionada comedia, que caracterizaba a los lugareños de Nord-Pas de Calais como trogloditas. Pero no anda muy desencaminado del imaginario que de Andalucía y Extremadura tienen algunos en Cataluña, y que no se curaría viajando, sino estudiando, aprendiendo algo de la historia reciente, del desigual desarrollo regional, de las transferencias de unas zonas a otras y un desequilibrio crónico al que nada ayuda el desprecio de Duran.
Claro que en los subsidios agrarios hay fraudes, pero no muchos más que en otras ayudas públicas, también las que se dan en Cataluña. Y claro que hay que cambiar un modelo rural paralizado en su falta de futuro, pero las inercias y atrasos históricos no se arreglan cerrando el grifo. Todo eso lo sabe bien Duran, pero claro, cuando tienes a los tuyos soliviantados por los brutales recortes, qué mejor que tirar de tópicos, no sea que alguno vaya al Sur y, como el protagonista de la película, acabe descubriendo que el problema no está allí.
Isaac Rosa, Bienvenido al sur, señor Duran, Público, 11/10/2011
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