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Mark Twain |
No sé lo que ocurre ahí fuera, pero en la moderna pantalla de plasma en la que habito estamos en el siglo XVI. No hay aquí documento de civilización que no lo sea también de barbarie. Ver al jefe de Al Qaeda ante un tribunal internacional, como ocurrió con los criminales nazis en Núremberg, sería una victoria para la humanidad. Si lo arrojaron al mar, podrían haberlo dejado caer en una sala penal o en un plató de la Fox. El enigma crea mitos. Una sentencia justa los desmonta. Pero todos los mandatarios se felicitan. Ya nadie habla de avanzar en jurisdicción universal. En coordenadas irónicas, parpadea un aforismo de
Mark Twain: "Dios inventó las guerras para que los norteamericanos aprendiesen geografía".
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