La democràcia en Estats Units.






Tenemos una Constitución muy vieja, que ha tenido muchísimo éxito, con dos siglos de estabilidad y crecimiento económico. Pero es del siglo XVIII, de una época predemocrática, cuando nadie, ninguna élite, en ningún país, creía en la democracia. En 1787 la Constitución norteamericana fue muy progresista, avanzada y democrática comparada con Europa. Pero durante los siglos XIX y XX, otros países han ido reformando sus sistemas políticos y democratizándolos. En EE UU es muy difícil reformar la Constitución por varias razones: tenemos casi un matrimonio con esta, un apego que la ha convertido en algo casi bíblico, que no se puede tocar porque fue escrita por los padres fundadores del país. Y dada la dificultad de reformarla, estamos cada vez más atrasados comparado con otros países. Seguimos teniendo instituciones contramayoritarias que permiten que minorías políticas veten políticas apoyadas por mayorías o que gobiernen sobre las mayorías. Éramos la democracia más democrática y hoy tenemos una de las más contramayoritarias del planeta.

En EE UU es difícil votar. En casi todas las democracias, el Estado quiere que la gente vote. En muchas es obligatorio. En otras se vota un domingo o un festivo y el Gobierno toma medidas para que sea fácil hacerlo. En muchas democracias llegas a los 18 años y automáticamente estás registrado para poder votar. En EE UU es difícil registrarse, es difícil obtener información sobre cómo votar, se vota en un día laborable… El derecho a votar no está en la Constitución y durante toda la historia tenemos episodios de gobiernos que dificultan el voto. Pero también hay instituciones como el Colegio Electoral o el Senado que permiten que una minoría partidaria gane elecciones y gobierne, algo antidemocrático. Nuestro sistema favorece a las zonas rurales, de poca población. Lo más obvio es el Senado, donde cada Estado tiene dos senadores, sin importar su población. Eso siempre fue injusto para las zonas urbanas, pero no tuvo efectos partidarios pues los dos partidos tenían alas urbanas y rurales. En el siglo XXI eso cambió: el Partido Republicano es el partido de los sectores rurales y el Partido Demócrata el urbano. Entonces, el sistema electoral favorece sistemáticamente al Partido Republicano, no por su culpa, pero le favorece y permite que un partido controle el Senado con el 46%-47% del voto y que gane la presidencia, ha pasado dos veces en el siglo XXI, perdiendo el voto popular. Eso, por sí mismo, es antidemocrático, pero tenemos el problema de que el partido minoritario es también un partido autoritario. No hay en EE UU más voto de ultraderecha que en otros países, entre el 20% y el 30%, pero ese 30% puede gobernar si logra controlar el Partido Republicano, y gracias al Senado y al Colegio Electoral, gobernar el país.

Miguel Jiménez, entrevista a Steven Levitsky: "El eje ya no es izquierda-derecha, sino cosmopolitas-etnonacionalistas", El País 25/05/2024

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