Correlacionisme, ment i llenguatge.
El correlacionismo es sutil; jamás niega que nuestros pensamientos o nuestras palabras tengan como objetivo o propósito unas realidades independientes de la mente y el lenguaje. En lugar de ello, se limita a estipular que esta dimensión se mantiene internamente relacionada con la mente y el lenguaje.
... el que seamos capaces de representar adecuadamente la realidad no supone ningún problema puesto que "siempre estamos ya" fuera de nosotros mismos o inmersos o comprometidos con el mundo (de hecho, es precisamente este lugar común lo que puede venderse como el gran hallazgo de la pareja Heidegger-Wittgenstein.
Obsérvese a sí mismo, que el correlacionismo no tiene por qué privilegiar el "pensar" o la "conciencia" como la relación clave; puede perfectamente reemplazarla por "es estar-en-el-mundo", "la percepción", "la sensibilidad", "la intuición", "el afecto" o incluso "la carne". De hecho, todos estos términos han figurado en alguna ocasión entre las variedades específicamente fenomenológicas del correlacionismo. (114)
Ray Brassier, Nihil Desencadenado, Materia-Oscura 2017
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