Tribalisme.
... la mente humana está preparada para el tribalismo. La evolución humana no es sólo la historia de unos individuos que compiten con otros dentro de cada grupo; es también la historia de grupos que compiten contra otros, a veces con violencia. Todos descendemos de personas que pertenecieron a grupos que fueron constantemente mejores para ganar esa competición. El tribalismo es nuestra herencia evolutiva para agruparnos y prepararnos para el conflicto intergrupal. Cuando se activa el «interruptor de la tribu»,
nos aferramos más estrechamente al grupo, asumimos y defendemos la matriz moral del grupo y dejamos de pensar por nosotros mismos. Un principio básico de la psicología moral es que «la moralidad une y ciega», lo cual es un truco útil para que un grupo se prepare para una batalla entre «ellos» y «nosotros». Cuando adoptamos la actitud tribal, parece que nos cegamos a los argumentos y a la información que desafían el relato de nuestro equipo. Fusionarse con el grupo de esta manera es profundamente placentero, como se puede ver en las bufonadas pseudotribales que acompañan a los partidos de fútbol universitario. (191-193)
Pero que estemos preparados para el tribalismo no significa que tengamos que vivir de forma tribal. La mente humana contiene muchas «herramientas» cognitivas evolucionadas. No las utilizamos todas todo el tiempo, las cogemos de nuestra caja de herramienta a medida que las necesitamos. Las circunstancias locales pueden hacer que aumente el tribalismo, que descienda o que desaparezca. Cualquier tipo de conflicto intergrupal (real o percibido) hace que aumente inmediatamente el tribalismo, y que las personas presten mucha atención a las señales que revelen en qué equipo están las otras. Se castiga a los traidores, y también confraternizar con el enemigo. (193)
Las personas no tienen que ser tan vigilantes para observar la pertenencia al grupo; no se sienten presionadas para adecuarse tan estrechamente a las expectativas del grupo. Cuando una comunidad logra reducir los circuitos tribales de todos, hay mucho más margen para que las personas se construyan las vidas que ellas quieran; hay más libertad para que se produzca una mezcla creativa de personas e ideas. (194)
Jonathan Haidt, Greg Lukianoff, La transformación de la mente moderna, Barcelona, Ediciones Deuto, Editorial Planeta 2019
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